Estimados viajeros de la nave Steemit, a propósito de estar cumpliendo mi primer aniversario en esta maravillosa red social quiero manifestarles mi agradecimiento con la imagen de una flor amarilla fotografiada en el jardín de mi hogar.
También agradezco la gran fortuna que he tenido de poder mostrarles durante todo este tiempo parte de mi labor creativa; así como la oportunidad que me han dado para leer excelentes publicaciones de muchos autores, de diferentes tonos, en distintas materias, que han impresionado mis pupilas y han enriquecido mi espíritu.
En esta experiencia gratísima he estado acompañado por un grupo de artistas reunidos en la cuenta del querido @equipocardumen, a quienes les deseo mucha salud y éxitos en sus emprendimientos durante este año 2019 que ya avanza implacable por los signos del zodíaco.
A riesgo de parecer injusto con el resto de amigos que son de mi corazón, no puedo dejar de mencionar en esta publicación aniversaria a una parte de mi familia elegida y verdadera: @alidamaria, @gracielaacevedo, @evagavilan, @nancybriti, @rjguerra, @danapalooza, @marcybetancourt, @hlezama, @adncabrera, @josemalavem, @isauris, @octocel, @acostacazorla, @eudisdiaz, @ramonochoag, @hljott, @solperez, @wilins, @aurodivys, para ellos va mi fraternal abrazo.
Reciban todos mis compañeros de viaje, con una flor amarilla, mis saludos.

Para algunos estudiosos de la simbología la flor amarilla representa la inteligencia y la sabiduría, la energía positiva, el poder que recibimos hace 500.000 millones de años del sol como el mítico Prometeo piadoso que nos obsequiara la vitalidad del fuego, la fuerza de voluntad, el fulgor del oro y también la vanidad del Ser, la contradicción de los sentimientos, la elevación, los celos, la pasión, la riqueza, la fragancia femenina del espíritu.
Agradecezco a todas las cuentas de individualidades y equipos que han valorado mi trabajo y me han dado su apoyo. Entre ellas debo mencionar a @provenezuela, @spanish, @ecopelican, @celfmagazine, @curie, @talentclub, @elarca, @cervantes, @minnowsupport, @adsactly, @bananafish, @rahesi, @votovzla, @helpie, @c-squared, @ecopelican, @fuerzahispana... y un largo etcétera que por razones de espacio no puedo desglosar aquí, pero a quienes también les envío mis mejores deseos, con una flor amarilla.

De manera general, el 2018 fue un año difícil para la gran mayoría de nosotros, los ciudadanos de mi patria, para Venezuela, que navega en una oscura tempestad de acontecimientos que deberían esclarecerse pronto, Dios mediante, satisfactoriamente, para toda la familia venezolana que sobrevive los rigores de un régimen tiránico y forajido que está usurpando en los días actuales la presidencia de la República.
Con los acontecimientos políticos ocurridos en el país después del 10 y 23 de enero del presente año, respectivamente, se vislumbra su futuro de nación libre, próspera y moderna que fue y debe seguir siendo en el futuro cercano, por los siglos de los siglos, amén.
En el tiempo corriente se erige una esperanza, un faro de hermandad nacional ilumina el retorno al estado de derecho y de justicia. Se entrevé un porvenir amarillo en las calles de cada ciudad, en cada casa se abre la flor del libre pensamiento, en el pecho de cada venezolano circula la sangre savia hacia un mañana luminoso donde el progreso individual y social sea el estandarte del bien y el trabajo productivo de la nación sea la proclama de la libertad.
A ella, a mi amada Venezuela, le ofrendo, con mis bendiciones, una flor amarilla.