Un viaje hacia el interior del mundo
Todas ellas tienen en común el punto de no retorno, porque aunque regresemos, no es posible volver.
Cada experiencia es única a su manera.
Una de mis formas favoritas de viajar es a través de experiencias espirituales. La ayahuasca, una medicina ancestral milenaria, me ha permitido conectarme con el interior de mi ser y unirme a la naturaleza sublime que está presente en todas las cosas que me rodean. Más que una medicina o práctica, es un portal hacia una dimensión que existe muy dentro de nuestra energía. Es una planta mágica, un regalo de la pachamama. Ojalá todas las personas del mundo tuvieran aunque sea una oportunidad de realizar este ritual. Cambiaría inmensamente el curso de las cosas.
En esta ocasión, fue un v i a j e increíble. La ceremonia se realizó en Galipán y estaba acompañada de personas que amaré siempre aunque ya no estén conmigo. Cuando despertamos, salió un arcoiris doble en el cielo...
...Un viaje hacia el interior del mundo...