Sade, el incomprendido Marqués

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Hablar de Sade es hablar de sexo y de sadismo. Son dos etiquetas adheridas a él.

Era un francés (1740-1814) atraído por la sensualidad, el goce, el deseo sexual unido al dolor así que, algo de perverso tendría el divino Marqués, ya que en su vida padeció los efectos de sus hábitos y manías.

Si hay algo que llama la atención hacia su obra es su personalidad libertina, misógina e inquieta. De que era buen lector lo era. Bocaccio fue uno de sus autores favoritos; y escribía vaya que escribía. Hasta en la cárcel lo hacía, escondiendo sus escabrosos manuscritos entre las grietas de las paredes.

Estuvo en prisión y murió en un manicomio. Fue considerado un escritor pornográfico y rescatado luego como pensador nihilista, libertario y radical. ¡Cómo cambian los tiempos! ¡Incomprendido, el pobre hombre!

Con el paso de los años se acuñó la palabra Sadismo para hablar de las psicopatologías de la conducta.Tenemos entonces que las 50 Sombras de Grey (E.L.James, 2011) es por lo menos tatatatatatatatatataraaa nieta de Sade. Tiene que revisarse el señor Christian Grey.

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Vemos que la sexualidad unida al dolor fascina y atrae al hombre/mujer desde siempre; que está dentro suyo y no afuera, Sade tenía razón.

El poder del mal y la voluptuosidad son irresistibles para el ser humano; el mundo de lo prohibido da poder a unos sobre otros (sumisos). ¡Qué pecaíto!

Ya se acerca el estreno en los cines de la última entrega de 50 Sombras de Grey (Liberadas).

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Carpe diem, Anastasia.