Concurso Día del Libro y del Idioma / Título del relato.

Debo comenzar mi escrito agradeciendo a @evagavilan por la invitación a este atractivo concurso promovido por un maestro de las bellas letras, el amigo @oacevedo. Una genial ocurrencia para recordar al inolvidable Don Quijote de la Mancha y a su autor don Miguel de Cervantes y Saavedra, que se celebra el 23 de abril, como Día del Libro y del Idioma.

Hoy al mediodía, hora Venezuela, cierra el concurso. De todas maneras les dejo el enlace (https://steemit.com/steemexclusive/@oacevedo/concurso-dia-del-libro-y-del-idioma-por-oacevedo#) para que puedan da una revisión a los términos del concurso que exige: utilizar 200 palabras para crear una historia, a partir de un fragmento quijotesco; e incluir en el texto los siguientes vocablos: entuerto, malandrín, olla, burro y nigromante.
Sin más rodeos, inicio mi empresa:

No desmayemos ni por un segundo en nuestra empresa, mi querido Sancho Panza, porque entre estos ventorrillos husmeo la presencia de bergantes hechiceros que con sus malas artes raptan doncellas de belleza sin par y las convierten en sandías o calabazas para venderlas luego, los muy bellacos, a quien primero les dé siete reales.
Alto, detén por un momento tus pasos, mi fiel escudero, que en aquel puesto de verduras que se abre a nuestro lado izquierdo yo adivino la presencia de Draconteo, el más avaro de todos los mercachifles, asomando su fea calavera. Plugo al cielo…

que los hechizos no me hayan encantado y pueda ver las hermosas doncellas entre sandías y calabazas. No podrán los muy bellacos mercachifles engañar mi agudo ingenio. Mi espada traerá la justicia a las hermosas damiselas.

-Mi señor don Quijote, que los míos sólo ven hermosas sandías, que a fe mía, bien nos vendría una para refrescarnos del viaje y del sol que nos tuesta...

-Calla, mi buen Sancho. No estás versado en las malas artes de los malvados hechiceros. El nigromante Draconteo, quiere impedir que deshagamos este entuerto. Pero libraré esta batalla le ganaré en fama al Caballero de la Blanca Armadura.

-Estos granujas no huirán de mi espada.

Y espada en alto, sobre el flaco Rocinante enfiló contra un ventorrillo. Para su mala fortuna, una pata delantera de Rocinante chocó contra una gigantesca olla llena de calabazas, fuera del ventorrillo. Jamelgo y jinete rodaron entre zapayos y don Quijote maltrecho pero con furia, repartía golpes de espada sobre Festón, el mago malandrín que veía escondido entre las calabazas.

Sancho Panza se bajó del burro para ayudar a su señor a incorporarse. El alboroto atrajo a muchos aldeanos que no entendían nada, pero se divertían con el improvisado sainete.