Concurso Epistolar: Semana Internacional de la Carta | @aplausos

Respetado señor E- mail:

Espero se encuentre muy bien en estos días, en realidad desconozco si hay un día para festejarlo, lo que si se es que cada 9 de octubre se celebra el día del correo, si… de ese que con su llegada se volvió cada vez mas ajeno a la cotidianidad del ser humano. Indiscutiblemente que con su arribo nos cambio la forma de comunicarnos, agradezco todas las ventajas que trajo su presencia. Sin embargo debo decirle algunas cosas que quizás no sabe.

El correo era una institución con una especie de manto sagrado, inviolable incorruptible, abrir una carta era no solo ilegal sino hasta pecado decían algunos, los carteros llevaban su misión como un sacramento. Ud. tiene algunas debilidades, como es lo frágil que es su seguridad, eran más seguras las cartas en manos de un repartidor. Un hacker entra en un minuto al correo de cientos de personas.

Extraño aquellas misivas redactadas de “puño y letra” unas veces temblorosas por la emoción, otras transmitiendo el más puro sentimiento, siempre palabras y letras emanadas de un corazón que escribía para drenar su sentir, con Ud. hay que sentarse frente a un teclado material, frio e igual para todos y si se tiene surte se puede conseguir una carta con iguales propósitos en la red y copiarla y pegarla, sin alma, sin vida, no estoy sub estimando su misión, solo dejándole claro la justa medida del carácter cercano del hecho de escribir a mano una carta, me refiero realizando los grafos a puño alzado, sin las teclas que enfrían y distancian.

Ud. no tiene sobre, ah cuán importante era el sobre, los regulares, los que tenían el aroma, los de colores, los timbrados, aquella armonía del cofre de papel que guardaba el tesoro de la carta esperada o enviada, insisto no quiero menospreciar su utilidad, no se sienta ofendido. Las cartas llegaban a una dirección, la casa, o el trabajo, o el lugar de preferencia, pero un solo destino, con Ud. puedo tener cientos de direcciones, no necesito un buzón adornado con flores a la puerta de mi casa, recibiré un mensaje frio e igual a mi teléfono donde me dirá: tienes un e-mail.

Seguro que muchos cuando lean esta epístola pensarán, que arcaica, anticuada, comparar el uso del antiguo correo con las ventajas de un mail, posiblemente sea añoranza, o debilidad de la edad, lo que es muy cierto es que las cartas se atesoran en el alma, se esconden, se guardan, se abren con emoción, se releen las veces que sean necesaria son un parte del corazón o la mente que las escribe, reconocemos la letra, como Ud. viene generalmente en Arial…pues esa es la diferencia la originalidad que nunca tendrá.

Me despido, respetuosamente
Una amante de la escritura.