10 consejos para ser un emprendedor
Las personas emprendedoras han promovido y promueven los avances de la humanidad en todos los campos. Se trata de personas con unas actitudes y aptitudes relacionadas con la creatividad y la innovación, por encima de la media de la población en general. Los emprendedores identifican oportunidades, establecen objetivos e intentan alcanzarlos, siempre con la motivación necesaria para tener éxito en el reto planteado.
Ser emprendedor es tener capacidad creativa, capacidad de resolución de problemas, es tener una actitud positiva ante los cambios, no sólo adaptarse a ellos sino generarlos, es manifestar tolerancia al fracaso, aprender de él, es también capacidad para afrontar la incertidumbre y el riesgo.
Algunas de estas capacidades pueden ser innatas, pero a lo largo de la vida se van desarrollando y la educación que se recibe incide de forma muy significativa en ellas. En cualquier ámbito de trabajo, estas competencias favorecen la creación de valor, ya sea al emprender una iniciativa empresarial, al desarrollar una actividad dentro de una organización o en cualquier otra actividad humana.
Idea de negocio: En general, no se emprende por emprender, sino que se detecta lo que se considera una «oportunidad» de negocio y en base a ella se plantea la posibilidad de emprender. La idea de negocio debe estar relacionada con la capacidad de análisis derivada de la formación y la experiencia laboral y vivencial de cada individuo. No hay que «cerrarse en banda»en la idea inicial, hay que modelarla y adaptarla según se vaya desarrollando el proyecto.
Fuerte motivación: Emprender con éxito y mantener en el tiempo un proyecto empresarial no es tarea fácil; de hecho, solo lo consigue un bajo porcentaje de los que lo inician, debido, principalmente, a las dificultades y problemas inherentes a las actividades empresariales. Esas dificultades las superan, en mayor porcentaje, las personas que están motivadas y, por tanto, ilusionadas con su proyecto.
Formar un equipo multidisciplinar: Normalmente, la complejidad de la actividad empresarial hace difícil que una sola persona pueda tener todos los conocimientos en todos los ámbitos de la actividad; por tanto, en muchos casos es necesario plantearse la formación de equipos multidisciplinares en los que la asignación de tareas sea acorde con la formación y/o experiencia de cada uno. El hecho de formar este equipo no implica necesariamente que todos sean promotores o socios del proyecto; también pueden ser personas contratadas.
Tener información/formación empresarial: Las características de los mercados a nivel local, nacional o internacional han cambiado drásticamente en los últimos años. La globalización ha incrementado la competencia y para estar bien posicionado es importante tener un nivel mínimo de conocimientos relacionados con la actividad empresarial, independiente de los que hayan podido adquirir con una carrera universitaria.
Asumir la incertidumbre y el riesgo: El riesgo y la incertidumbre es algo consustancial a la actividad empresarial. Como no es posible conocer toda la información, hay que asumir riesgos y tolerar trabajar con un cierto grado de incertidumbre. El famoso dicho: «Torres más altas han caído» aplicado al mundo empresarial da idea de que, por muy bien que vayan las cosas hoy, mañana se puede producir un cúmulo de circunstancias que provoquen el fracaso. Por tanto, las personas que emprenden deben tener un espíritu aventurero donde siempre se contemple la incertidumbre en el mañana y el riesgo permanente.
Identificar la información crítica del sector: Cada sector productivo o económico tiene sus reglas; sus formas de operar, lo que puede hacer que lo que es válido para uno, no lo sea en absoluto para otro. Si se pretende entrar en un tipo de mercado y negocio es muy importante conocerlo o, en su caso, contar con alguien que lo conozca y pueda orientar al respecto. Dentro de este apartado, algo fundamental es conocer quiénes son nuestros competidores, cómo actúan, cómo reaccionan ante la competencia o cómo son las relaciones con sus proveedores y clientes, entre otras. Es muy importante filtrar para obtener la información crítica y, por tanto, no incurrir en un coste de la información desmesurado.
Hacer un proyecto y plan de empresa: Un proyecto que permita presentar el modelo de negocio para difundirlo entre los agentes interesados y un plan de empresa que, aunque difícilmente se cumplirá, puede servir como una estimación sobre cómo podría evolucionar el negocio. En este sentido, hay que intentar ser«realista» y mejor todavía «pesimista», planteando algo próximo a lo que conocemos como «el caso peor». De esta forma, cualquier logro por encima será un éxito.
Uso de las TIC's: Las nuevas tecnologías resultan imprescindibles para la mayor parte de las actividades humanas y, por ende, en el mundo de la empresa y los negocios. Por ello, es importante conocer las aplicaciones relacionadas con las TIC's y sus posibilidades en el tipo y modelo de negocio planteado.
Oportunidades de financiación: La financiación es un factor clave en la puesta en marcha de una actividad empresarial. Hay que buscar las oportunidades de subvenciones o financiación preferente que se puedan encontrar en función de la situación personal de los promotores o por las características del proyecto empresarial. Hay que participar en los concursos de ideas, en los que, además de que otros, quizá expertos, valoren la idea, se pueda obtener «un premio» que pueda constituir el capital semilla o una parte de la financiación necesaria. En cualquier caso, es aconsejable hacer la inversión mínima requerida al principio y planificar las necesidades de financiación en función del desarrollo de la actividad.
No temer al fracaso y aprender de él: Las posibilidades de alcanzar el éxito la primera vez que se emprende son muy reducidas. Existen muchos emprendedores que no llegan a ver en marcha su proyecto y, aunque lo vean, no son capaces de mantenerlo vivo mucho tiempo. Hay que contemplar la posibilidad de fracaso y, llegado el caso, tolerarlo y considerarlo dentro del proceso de aprendizaje como empresario, asimilando los errores cometidos para que, de esta forma, no se vuelva a caer en ellos. Tener en cuenta estos consejos generales y otros específicos adaptados al tipo y modelo de negocio, así como a las características personales del emprendedor, pueden resultar fundamentales para alcanzar el éxito en una iniciativa empresarial.
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Gracias, ya lo voy a hacer..