¿Conocen la historia del Hospital San Rafael en México?
Que hay amigos de steem… Hoy quería contarles una pequeña historia que escribí, será muy corta, pero me encanta y quería compartírselas. Espero que sea de su agrado y se estremezcan como yo lo hice al escribirla.
Eran los años 80`s, último sábado del mes en una pequeña granja alejada de lo sociedad, en ella una madre toma el té mientras escucha la radio, era música de la época, no pasaban de las 2 de la tarde, y de pronto un anuncio la puso pensativa:
“Interrumpimos su programación para darles una noticia urgente y de gran importancia, un paciente del la Clínica San Rafael ha escapado y es sumamente peligroso, tomen sus precauciones y no salgan de noche hasta que haya más información o se capture”
-Porque hoy… -dijo la madre- Hoy es el día de acampar de la familia (Tenia tres hijos, el grande, el mediano y obviamente el pequeño; las edades no tienen importancia) -Supongo que lo dejaremos para otra ocasión; En eso entro el pequeño con el perro de la familia (El cual tenía pocos días de incorporarse) y dijo muy entusiasmado…
-Oye mami, ya preparé todo para hoy en la noche, hoy será el mejor de todos los días de acampar ya que será el primero de Rocky (El mejor amigo del hombre) y sé que le va a encantar los días de campamento.
-Lo lamento hijo, pero creo que deberemos de cancelar este día de acampar. -dijo la madre muy suave para no hacer sentir mal a su pequeño, y agrego… -Te prometo que el próximo mes si habrá día de acampar y comprare una bolsa gigante de bombones.
El pequeño levanto muy sutil la cara y con esos ojitos de gato tan tierno simplemente asintió con la cabeza, dio media vuelta y se marchó lentamente… La madre se sentía tan mal, pero, era lo correcto.
-COMO QUE CANCELARAS HOY EL DÍA DE CAMPAMENTO? -Dijo el hijo mayor molesto. -Nunca cancelamos el día de acampar, es el día favorito de papá y desde que falleció no hay último sábado de cada mes que no vayamos, así que iremos… -Salió de la sala de estar y la madre pensó, que al estar alejado de la ciudad tal vez no corrían ningún peligro, y que su hijo tenía razón, no había último sábado que no fueran acampar desde que su amado esposo había fallecido. (Que en realidad aquel hombre padecía de depresión, y en uno de esos días obscuros y fríos en el que todo parecía estar en contra de él, fue a su patio y sin pensarlo dos veces tomo una cuerda y se suicidó en el árbol justo alado del columpio que le fabrico a sus hijos, o al menos eso decía el reporte policíaco.)
Aquella pobre mujer estaba muy pensativa, bajo sus manos y el perro recién llegado a la familia le encantaba lamer sus manos de la señora, ya que usaba una crema corporal que olía muy bien, así que comenzó a lamerlas. ¿Era lo correcto ir y pasar de lado aquella noticia?, ¿Estaban a salvo?, Tal vez si lo hacían en un lugar no tan lejos de su casa seria menos peligro, ¿No?
-¿Ya están listos? -Grito la madre con una sonrisa de ceja a ceja fingida como si no estuviera preocupada. -Vamos chicos ya deben de estar listos. Hoy acamparemos cerca de la casa, pasando el pequeño bosque de árboles frutales, junto al lago, ahí se ven super bien las estrellas y podremos pasarla muy bien ahí.
Todos se volvieron locos, como si fuera de nuevo el primer día de acampar de sus vidas. Dieron las 5 pm y partieron a la aventura; iban cantando como soldados en la mañana trotando antes de sus ejercicios, alegres como un par de niños hacia el lago de chocolate, unidos, despreocupados, incluso la madre se sentía mejor y no solo iba cantando también, sino que dirigía aquella hermosa orquesta.
-Llegamos mis pequeños grandes guerreros. -Dijo la madre mientras bajaba su maleta. -Elijan su sitio para dormir.
-Iré por leña para la fogata madre. -Dijo el mayor con liderazgo e iniciativa.
-De acuerdo cariño, pero ten cuido y no te alejes mucho. -Le respondía la madre mientras colocaba una silla reclinable y sacaba su radio para oír música.
El mediano y el chico jugaban mientras, cerca del lago; La madre tejía mientras tanto ya olvidada de aquella fatal noticia.
Le comenzó a dar algo de sueño así que dejo su estambre y agujas, bajo las manos y se relajó, el perro lamia sus manos. Sonaba la música, sus hijos jugaban, era una linda tarde, la señoría sonreía, y de pronto se quedó dormida….
-Mami, mami mira esta manzana gigante. -Decía el niño pequeño mientras despertaba a su madre.
-Woow, sí que esta enorme he, ¿De donde la has sacado? -Le preguntó la madre con una sonrisa.
-Me la dio un sujeto con bata de doctor que paso hace rato, dijo que conocía a mi papi, que eran grandes amigos.
-¿Que sujeto?
“Interrumpimos su programación para agregar información acerca del paciente que escapo del hospital Psiquiátrico esta mañana, al parecer mato a uno de los doctores encargados de él, lo ahorco en su oficina y tomo algunas de sus pertenencias, incluyendo sus llaves para escapar del hospital y tomar su automóvil. Ya esta siendo buscado por las autoridades…”
-¿Sera posible?, ¿O acaso es mucha coincidencia?, ¿Qué amigo de mi esposo? -Se preguntaba la madre mientras la cabeza le daba vueltas a aquella mujer, levanto la cara con miedo. -¿Y tus hermanos? -Dijo mientras se levantaba de un salto y giraba a todos lados buscando a sus criaturas.
-Como no regreso con la leña fue a buscarlo mí hermano, aunque ya tiene mucho tiempo y no han regresado ninguno de los dos, incluso a Rocky no lo he visto desde que llegamos. -Dijo el pequeño con cara de asombro.
-Quédate aquí. -Dijo la madre mientras corría hacia la casa, todo era mucha coincidencia; No iba a mitad de camino cuando un grito del mas pequeño se oía cerca del campamento. Giro asustada y corría de regreso para encontrar simples objetos inanimados, Y, ¿El pequeño? ¿Desapareció o se lo llevaron?
Corrió de nuevo hacia casa, - ¿¡Acaso sigo dormida y solo es una pesadilla!?
Abrió la puerta de una patada, vaya fuerza que tiene el ser humano cuando está desesperado. Busco en la casa, gritaba sus nombres, lloraba…; Salió al patio trasero. Quedo inmóvil…
El árbol tenia a sus tres hijos con sogas en el cuello, ensangrentados, el perro colgaba de la cola, y el columpio estaba tirado cerca de una roca grande que con un recado escrito en sangre que le heló la piel…
“Los locos también sabemos lamer.”
Enlace de imagen ya que no soy dueño de ella.
San Rafael
Esta historia es ficticia escrita por su servidor Josueth David Cambray.