Vengo emocionada por participar en este concurso que propone @crissanch a través de #casaradical. Agradezco enormemente estas agradables iniciativas que nos animan a producir contenido de calidad. Estoy segura de que @steemitblog, @steemcurator01 y @steemcurator02 apoyarán con mucho gusto esta propuesta.

El concurso se trata de que compartamos aquella receta de nuestras abuelas, que recordemos y que de alguna u otra forma nos han marcado y mantenemos en nuestra memoria como algo preciado. Además de contar el por qué hemos elegido esa receta. P odremos contar cualquier anécdota que tengamos al respecto. ¿No es emocionante? La gran mayoría de nosotros hemos vivido hermosas experiencias junto a nuestras abuelas, así que muchas gracias de nuevo @crissanch por esta agradable propuesta.

Durante 18 años tuve la dicha de disfrutar a un ser humano muy bonito. Y es que mi abuela siempre fue una persona que irradiaba tranquilidad, amor, paz y alegría. Aunque la vida la maltrató algunas veces, ella siempre mantuvo su sonrisa y la fe de que siempre todo estaría mejor. A veces cuando se le presentaba algún problema o inconveniente decía "Es solo un pequeño percance". En el año 1999 un "pequeño percance" se la llevó y ahora reposa en el abrigo de Dios padre.

A mi abuela le gustaba la cocina, o es lo que creo porque además de que la vi muchísimas veces cocinando, cuando no lo hacía planificaba lo que le gustaría cocinar la siguiente vez. Se sentaba y me decía; "Mmm, unas paticas de cochino en una sopa de garbanzo, ¿Te imaginas? me debe quedar divino." Recreaba recetas que en algún momento le habían quedado muy ricas y planificaba volver a prepararlas.

Siempre intentaba enseñarme. Tengo vagos recuerdos de cuando era yo bastante pequeña y ella me explicaba ciertas cosas, algunas aún las aplico y otras preferí hacerlas de diferente forma. Por ejemplo, ella siempre lavaba y pelaba los tomates antes de usarlos y yo los lavo y los pico sin pelarlos.

La verdad no sé donde aprendió mi abuela a preparar la torta de jojoto. El jojoto es el nombre que le damos en Venezuela al maíz, mazorca, elote, etc.

Recuerdo muchas tardes de mi infancia y adolescencia (cuando tenía la dicha de visitar a mi abuela) como el aroma de esta sabrosa torta invadía la casa y me hechizaba totalmente. Es un delicioso olor a maíz horneado que hace agua la boca.

Ella usaba tres o cuatro mazorcas de maíz, las desgranaba y las licuaba, luego agregaba leche, huevos, azúcar, un poquito de sal y harina de trigo, enmantecaba una bandeja o bol de hornear y luego metía al horno esta mezcla y esperaba.

Cuándo estaba lista y aún caliente, cortaba trozos grandes que colocaba en un plato y le agregaba mantequilla y queso. Me llamaba para darme mi pedazo y yo llegaba en un instante a la cocina ja,ja,ja,ja, es que desde que la veía desgranar el maíz ya sabía lo que vendría y no dejaba de vigilarla ni un solo momento. En realidad cuando estaba cerca de mi abuela me costaba mucho dejar de mirarla, me gustaba verla hablar, cantar (A su manera), cocinar, limpiar y ordenar, en fin, admiraba y amaba mucho a mi viejita.

Después de que mi abuela se fue, he intentado repetir la receta de su torta de jojoto y aunque me ha quedado muy sabrosa, aún no logro repetir ese sabor, ese calorcito tierno que sentía al comer.

La primera vez que quise prepararla, no sabía o no recordaba muy bien el proceso ni los ingredientes o las cantidades. Solo sabía que tenía unos antojos increíbles de comer esa rica torta de jojoto. Así que ubiqué a mi parecer los ingredientes y me dispuse a prepararla. Cuando estaba en ello me paralicé, pues no lograba ubicar por donde empezar. Sentí de repente una sensación de confianza, de alegría y de certeza todo a la misma vez y empecé a preparar la torta. Fue como si ella me dictara cada paso, así lo sentí. Pude acoplar y mezclar cada cosa hasta que estuvo lista y la disfrutamos.

Desde aquel momento siempre la preparo y ahora con la certeza de que me quedará divina. Lástima que no puedo hacerla con la frecuencia que quisiera porque el gas falta y en venezuela parece que ya es más importante la leña que este preciado líquido combustible.