Spanishchallenge 16 entrada #1 Promesas del Destino

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Solo prométeme una cosa. Que sea lo que sea que ocurra vas a cumplir esta promesa por mi.

Esas palabras sonaron como un juramento, casi escritas en el corazón de Pablo. Una brisa cálida selló el momento y el sol fue ocultándose para dar inspiración a todo lo que sucedería.

Pablo queria progresar. El vivía en Venezuela, una tierra con mucho potencial pero iniciativas llenas de polvo olvidadas en viejos cofres de tesoros. Venezuela se había convertido en lugar irreconocible para Pablo quien amaba profundamente a su país. Él también amaba a Jessica, el amor de su vida en ese entonces. Unas semanas atrás Pablo vociferaba mientras hacia una larga cola para comprar comida mientras decía:

Es que esto es inaudito. Como va a ser posible que tenemos aquí mas de 2 horas esperando por un camión con la esperanza de comprar un kilo de azúcar.

Una señora muy criolla se encontraba escuchando sus palabras sin decir nada. Ella solo de brazos cruzados respiraba profundo con muchas ganas de dar a conocer su opinión. Y Pablo decía:

Es que acaso ya no tenemos amor por nosotros mismos? Es que acaso nuestro tiempo vale menos que un kilo de azúcar?

Justo en ese punto, luego de esa frase la señora respiró profundo y sin mas ni mas, como quien lanza una piedra al aire dijo:

Hijo, perdone que me entrometa pero porque mejor no se va de Venezuela? Así son las cosas aquí y esto no va a cambiar. Yo tengo 60 años, he pasado por cientos de gobiernos y siempre la mentalidad es la misma. Así que le aconsejo que lo piense, usted que está muy joven

Fue como si un antiguo hechizo hubiese caído en los oídos de Pablo y sellaron su boca por el resto de la jornada. Su mente empezó a tejer estrategias y poco a poco se gestaba un plan considerando aquellas palabras con total seriedad. Su corazón se llenó de frío. Al parecer cuando un hombre enfrenta una dura verdad es como cuando un pichón sabe que debe abandonar el nido para volar por si solo.

Pasaron varias semanas y la idea iba tomando forma en la cabeza de Pablo. Ahora su único impedimento era Jessica, a quien amaba profundamente y sabia que para ella seria imposible abandonar su país. Jessica tenia bajo su cuidado a sus abuelos. Eran dos inmigrantes que habían llegado en la época de oro cuando todos los extranjeros hacia riquezas a granel en Venezuela. Ellos habían fundado incontables empresas en todo el país y fabricaban las mejores recetas de salsas, como buenos Italianos. Pero con el deterioro de la empresas y el país, un día debieron cerrar sus fabricas y Jessica era ahora, el único sustento.

Pablo sabia que en algún punto, debía tocar ese tema tan delicado y esperó el momento justo para decirlo. Estuvo preparando la velada perfecta, una comida sin igual a la luz de un atardecer. Llegado ese día, unas semanas a ese momento presente, se encontraba con su amada al pie de una colina.

Jessica mira todo lo que preparé para ti

Pablo tomaba una de las cestas que había traído llena de aperitivos que había cocinado el mismo. Mientras colocaba un mantel sobre el pasto, continuaba sacando alimentos y la cara de Jessica era un poema. En tan solo un instante su rostro pasó de sorprendido a estupefacto pues dentro de si podia vislumbrar que algo muy duro de entender caería sobre ella. Con voz entrecortada tomó las manos de Pablo y lo detuvo para que no continuara sacando alimentos de las cestas, mientras decía:

Amor, ya va. Un momento. Todo esto está increíble y creo que te has gastado una fortuna, pero que sucede dime

Pablo con un nudo en la garganta contuvo las ganas de decirlo todo y simplemente la tomó de los cabellos con total dulzura mientras le pidió que se levantaran a mirar el atardecer juntos

Mira ese Sol Jessica. Yo sueño con que todos en este país podamos salir de nuestras casas y hacer esto mismo que estamos haciendo tu y yo el día de hoy. Yo sueño con que mis amigos y sus hijos vayan de nuevo a los parques sin miedo a que alguien les quite sus pertenencias o los mate. Yo sueño con que nuestros hijos...

La mirada de Jessica era como quien está escuchando la voz de un gran líder que da un discurso antes de la batalla. Al escuchar la palabra hijos, no pudo evitar dibujar una sonrisa del tamaño de su emoción.

Eh. Pablo nosotros no tenemos hijos. Aun.

Pablo continuaba con su discurso y esta vez la tomó de las manos, temiendo que la luz del sol les evitara continuar mirándose el uno al otro. Y dijo:

Mi vida, mi reina. Yo sueño con que mis hermanos en este país dejen a un lado la mediocridad y siento que estando aquí no puedo hacerlo. Lo he intentado tu sabes que si. Me levando temprano, trabajo como un burro y solo veo que mis amigos ya no tienen fuerzas o algunos están tan concentrados en las luchas que no tienen tiempo para soñar y actuar. Y muchos de nuestros amigos se fueron, les ha tocado tragarse su orgullo y trabajar duro en otros países. Pero al menos pueden vivir tranquilos y seguros.

Jessica soltó una lágrima que corrió libremente por su mejilla. Ya había entendido hacia donde iba todo esto. Y sin tapujos le dijo:

Entonces, quiere decir que también te vas a ir?

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En este punto la comida era un banquete para las hormigas y eso ya no tenia importancia alguna para la joven pareja. Pablo un poco sobresaltado contestó:

Sabes que prometí amarte para toda la vida. Eso se lo dije a tu Padre en su lecho de muerte y no voy a renunciar a ti. Aunque tenga que irme por unos años para hacer las cosas como las quiero hacer. Para lograr las cosas y los sueños que quiero alcanzar. Esto es muy duro para mi Jess

Se tomó un momento y simplemente la abrazó. La abrazó como si no existiese mañana. A lo lejos solo se escuchaban algunos pájaros cantado al sol que se ocultaba en el atardecer. Un instante sin tiempo. Un tiempo sin hora. Una hora perfecta que resonaba como prueba de personas que aun vivían bajo las leyes de antaño. Unas leyes cuidadas por la palabra y la promesa.

Ya encontré un empleo seguro en Chile. Se que puedo progresar y en poco tiempo enviaré dinero. Lo que aquí me tomaría mas de 10 años allá lo puedo conseguir en uno. Es increíble no?

Siempre se dicen que en toda relación existe un barco y un capitán. En este caso, Jessica era la capitana del barco y tenia una gran virtud. La paciencia. Utilizó su gran paciencia y mientras respiraba profundo y secaba sus lágrimas dijo:

Yo sabia que este dia llegaría y por eso me preparé para ello. Solo quiero decirte que me prometas algo. 

Sea lo que sea que ocurra vas a cumplir estas promesa por mi.

Pablo rapidamente contestó:

Lo que sea mi vida. Lo que tu desees

Jessica le dijo:

Quiero que pase lo que pase seas feliz. Si tu eres feliz en otro país yo seré feliz. Pase lo que pase. De verdad no importa lo que suceda. Solo quiero tu felicidad sea lo que sea que eso signifique

Pablo estaba mudo, era la respuesta que menos esperaba. No sabia que decir. Y Jessica continuó:

No tienes que venir a buscarme Pablo, yo no puedo irme porque no voy a dejar a mis abuelos solos y desamparados. Por eso quiero que me prometas que pase lo que pasa me recordarás y recordarás esta promesa de ser siempre feliz

Dos lágrimas se encontraron abriéndose camino entre los labios de ambos que se besaban. Era un momento de emociones encontradas. Como cuando no sabes si reír. Como cuando no sabes si llorar será la solución para aplacar ese dolorcito incómodo en el pecho. Cayó la noche y justo cuando se disponían a regresar a sus casas, el destino cobró un giro de 180 grados. Una estampida de gente corría sin sentido en las calles, se escuchaban disparos y el aire se tornaba lleno de gases letales. Pablo tomó con fuerza la mano de Jessica y juntos corrían sin saber donde ir.

Que se vaya! Que se vaya!

Gritaban cientos de personas a coro mientras la policía respondía con disparos. Muchos caían heridos inconscientes a diestra y siniestra. Justo en un segundo Pablo intentaba llevar a su amada de la mano cuando siente que la mano de Jessica se torna mas y mas pesada. Jessica cae al suelo luego de ser alcanzada por una bala que entra en su cuello y sobresale mas allá de las arterias. Pablo al voltearse solo alcanza el tiempo para sostenerla en sus brazos y quedar allí casi sentado de rodillas en el suelo. No lo puede creer, no entiende que está sucediendo. Su mente no sabe que pensar, está muda. Intenta gesticular una palabra pero no sabe como reaccionar. Nunca es fácil imaginar que hacer en una situación así.

Ya la marcha de personas había pasado y continuado su devastadora pelea contra todo a su paso, pero ahora muchas calles mas alejada. Pablo seguía allí viendo la cruda realidad con sus propios ojos. Estaba petrificado al punto de solo llorar mientras abrazaba el cuerpo ya sin vida de Jessica.

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La muerte es un angel custodio entre dos mundos. La muerte es la mas terrible maestra de vida. Una palabra suya bastó para desmembrar los sueños de Pablo. Luego de esa fatídica noche, Pablo se recuperó pero nunca volvió a ser el mismo.