Me llamo Zac. Y les contaré mi historia.

Vivo en Karacars. ¿Un nombre extraño, no?

Es una ciudad gigante, aunque muy apartada de otras ciudades y pueblos. Vivo solo.

Mis padres se fueron a un viaje y nunca regresaron. Ni una pista, ni un indicio, no dejaron nada sobre el lugar al que iban. Solo una despedida.

Eso sucedió cuando era niño. Mi tía me cuidó durante todos estos años. Actualmente tengo 19 y como ya lo dije antes, vivo solo.

Tengo un trabajo en un pequeño puesto a las afueras de la ciudad. Me dedico a preparar y vender hamburguesas. También preparo malteadas; Tienen fama de ser las mejores.

Con eso me es suficiente para poder pagar el alquiler y comer durante el mes. Sin embargo, tengo mis malos días.

Mi horario de trabajo es flexible, sin embargo, no tanto. Trabajo de 5:00pm hasta la 1:00am.

Sí, llego a mi casa en la madrugada después de recoger y guardar el puesto de hamburguesas.

Una de las ventajas de trabajar hasta esas horas de la noche, es que en las afueras de la ciudad cada tarde y noche todo se llena de Skaters, Rollers, personas cantando y tocando la guitarra, entre muchas personas más. Mi puesto de hamburguesas brilla entre toda esa oscuridad. Si eres una de esas personas, lo ideal es que te pases por mi puesto a comer y a por una malteada.

Es un buen lugar. Aunque no tengo amigos. Muchos me felicitan por la comida y por las malteadas, pero jamás alguien se ha detenido a preguntar mi nombre. En pocas palabras, soy invisible.

En una noche fría, bajo la luz de la luna, me encuentro en mi puesto. Acabo de cerrar debido a que la multitud ya había desaparecido. Las luces de la rampa ya se hallaban apagadas. Mi puesto de hamburguesas en la nada.

Recojo mis cosas y como siempre, recorro el largo camino hasta adentrarme dentro de la ciudad. A pesar de que las luces son hermosas, la calle por donde vivo es muy oscura y sobre todo fría. Ya de por sí es un largo camino de mi puesto en las afueras hasta la ciudad, pero luego de la ciudad hasta mi puerta, hay un montón de calles mas.

Después de tanto caminar y haber llegado a mi puerta, reviso mi bolsillo para sacar las llaves y poder entrar. Al instante me percato de algo extraño. Hay un objeto en la alfombra de mi puerta. Decido ver que es.

Es una caja. Una caja muy vieja y sucia.

La verdad es que no suelo recibir regalos, ni cartas. Pero si este lo fuese, sería uno muy extraño.

Decido coger la caja y entrar a la casa.

Ya estando dentro, coloco la caja en una mesa, y me preparo para ver su contenido.

Al abrirla logro ver unas zapatillas blancas con una suela transparente. También hay un papel que parece quemado, dice: Hora del juego, Atentamente: Ellos.

¿Hora del juego? ¿Ellos? Me pregunto. No encuentro razón alguna para haber escrito eso.

Las zapatillas están intactas a pesar de ser una caja vieja. Decido colocarme las zapatillas. Justo a la medida. Quien me las haya enviado tiene que conocer mi talla.

A los pocos segundos de tenerlos en mis pies, estos empiezan a destellar luz. Una luz azul que poco a poco se torna violeta.

Las paredes, el piso, todo se empieza a distorsionar.

Asustado corro hasta la puerta y salto rápidamente hacia afuera.

Caigo de una manera algo dolorosa, pero logro levantarme. Al mirar a mi alrededor, me sorprendo. Estoy a las afueras de la ciudad. No podía creerlo. Sentía que estaba delirando. A lo lejos logro ver mi puesto de hamburguesas. Decido correr hasta el. No se que está pasando, estos zapatos son muy raros. Al correr, llego de inmediato a mi lugar deseado. En un abrir y cerrar de ojos estaba en mi puesto. ¿Que son estos zapatos? Estoy muy seguro de que estoy soñando.

Logro notar una hoja de papel pegada a mi puesto. "No es un sueño".

¿Que rayos pasa? ¿Que está sucediendo aquí?

...
...
...

Quiero contarles mas, pero no puedo. Ellos me han enseñado muchas cosas a través de sus cartas. Solo puedo decirles una cosa, estas zapatillas me dan habilidades extraordinarias. Puedo correr a una velocidad sorprendente, puedo viajar en el tiempo, puedo volar.

Y aquí me encuentro. Afincado en este mural lleno de garabatos, pensando en mis padres, pensando en mi soledad, pensando en las zapatillas, pensando el porqué de ellas y pensando en que juego me han metido.

Algo mas... a pesar de tener una visión lógica de las cosas acá me contradigo. Todo puede suceder en este mundo. Lo mas raro, extraño, estas zapatillas, también pueden pasarte a ti. Vivimos de paradigmas. Esto es posible esto no. Eso será así, esto no. Pero mi amigo, estás viviendo en un globo lleno de agua y planicies, donde mas allá hay una galaxia, hay un infinito.

¿Eso te suena lógico?