SpanishChallenge #17 [Relato]: La gota que los salvó

El verano había dejado a los campesinos inmensamente tristes. El campo estaba sufriendo una de las sequías más grandes de la historia. Había muy poca comida, los animales se estaban muriendo y ninguna persona del gobierno se preocupaba por enviarles ayuda.

—¿Qué haremos, papá? —preguntó Paul.
—No lo sé, hijo.
—¡Pero nos vamos a morir en menos de una semana!
—¿Acaso crees que no lo sé? —preguntó enojado—. ¿Piensas que es la primera sequía que ha ocurrido durante toda mi vida? —Paul no dijo nada. Miró al horizonte y las plantaciones se venían abajo muy lentamente, pero en muy poco tiempo no quedaría nada.
—Tengo que hacer algo, papá —dijo mientras se metía a la casa.
—No puedes hacer nada para detener una sequía, pedazo de ignorante —soltó una carcajada—. Tienes tan sólo diez años.

Paul se sentía muy preocupado, como si el destino del mundo dependiese él. Buscó información en libros, pidió consejos al abuelo, a su mamá, a su hermano mayor, pero nada de lo que le decían lo ayudaba.

Harto de no encontrar una solución, por más pequeña que fuese, cogió su bicicleta y se fue en dirección a la ciudad. Pedaleo lo más rápido que pudo. Cuando llegó a la vía de asfalto, un camión por poco lo atropella, pero lo evitó lanzándose de la bicicleta. Se levantó, sacudió su ropa y agradeció no haber muerto. La bicicleta había quedado muy dañada, pero la probó y por lo menos aún podría llegar a la ciudad.

Llegó al ayuntamiento. Dejó la bicicleta tirada —que de igual forma ya no servía para mucho— y entró haciendo en escándalo.

—¡Oigan todos! —gritó—. ¡Oigan!

Algunas personas voltearon a verlo, pero nadie se le acercó.

—¿Acaso no me oyen? ¡Necesito ayuda!
—¿Qué sucede contigo, chico? —le dijo una recepcionista.
—Necesito ayuda del gobierno.
—¿Y ayuda para qué?
—Para salvar a nuestros animales y a mi familia —se apartó de ella y gritó—. ¡Oiga, Alcalde!
—Escúchame, muchacho —lo tomó por el brazo.
—¡Me está haciendo daño, señora! —dijo quejándose.
—Tienes que salir de aquí ahora mismo. Nadie te va ayudar con tu problema.
—Pero deben hacerlo, ustedes son las autoridades.
—Já —sonrió la secretaria—. Estás muy equivocado, niño. Ninguna de estas personas te dará una mano. Todos son corruptos —susurró.

Paul se alejó de la secretaria y salió corriendo del ayuntamiento. Se sentía decepcionado y triste. Si no hacía algo pronto, todos morirían. No pensaba tanto en su padre, pues lo consideraba un imbécil. Tampoco se fijaba en su hermano mayor, dado a que lo consideraba un vago bueno para nada. Pero sí pensaba en su madre, en su abuelo y en los animales.

Caminó por al menos cinco minutos y se sentó en una parada de autobús. Miró al cielo y hacía mucho calor. Bajó la mirada y miró hacia una tienda de televisores. Un comercial llamó su atención y se acercó. El comercial era sobre aviones de guerra y helicópteros que combatían los incendios.

—Quizás un helicóptero nos ayude —se dijo a sí mismo.

Pero luego de pensarlo por un momento, se dio cuenta de que era una locura. Aun así, entró a la tienda y preguntó al dueño.

—Disculpe, señor. ¿Sabe usted dónde queda el aeropuerto?
—¿Y para qué quiere saber un niño dónde queda el aeropuerto? —preguntó el dueño.
—Es que necesito llevar agua hasta el campo para salvar a los animales y a mi familia.
—No me incumbe lo que te sucede, así que estoy por cerrar. Espera un momento y te llevo de camino a mi casa.
—Muchas gracias, señor.

Paul tomó asiento y esperó por media hora.

—Es todo, muchacho —dijo el dueño—. Vámonos.

Partieron en camino al aeropuerto. El viaje duró cuarenta minutos.

—Muchas gracias, señor —dijo Paul.
—De nada, chico —dijo el dueño. Cuídate mucho.

Paul entró al aeropuerto y se dio cuenta de que era inmenso. Nunca había estado en un lugar tan grande. Caminó boquiabierto entre la gente. Visualizó una oficina de atención al cliente y se acercó. Entró y preguntó a la secretaria.

—Disculpe, señora, ¿puede ayudarme?
—Por supuesto —dijo la secretaria—. ¿En qué puedo ayudarte?
—Verá… en el campo no hay agua, y desde hace mucho tiempo no llueve. Así que me gustaría que uno de esos helicópteros de emergencia nos ayude —la secretaria se quedó pensando.
—Veré qué puedo hacer, cariño —tomó el teléfono e hizo una llamada.

Luego de cinco minutos, la secretaria llamó a Paul que esperaba sentado.

—Cariño, ven un momento.
—¿Sí? ¿Podrán ayudarme? —preguntó Paul emocionado.
—Pues, espero que sí. Toma esta recomendación y ve con aquél guardia de seguridad. Él te llevará con los superiores y con los helicópteros.
—Muchas gracias, señora —Paul le dio un fuerte abrazo.

El guardia de seguridad condujo a Paul hasta el Hangar del aeropuerto. Él estaba muy emocionado y ansioso.

Al llegar, el piloto ya tenía conocimiento sobre lo que Paul estaba pidiendo. Y para su suerte, le habían dado luz verde para proceder a despegar. El piloto invitó a Paul a subir al helicóptero, y así lo hizo, se puso su implementaría y despegaron de camino al campo.

Llegaron en menos de diez minutos. El helicóptero se posicionó y descargó la primera carga de agua sobre las siembras y plantaciones. Después, fueron por otra carga que descargarían en pequeñas lagunas de las cuales los animales bebían y se refrescaban.

Paul estaba muy feliz por haber logrado lo que se propuso y en especial por haberlo conseguido teniendo tan sólo diez años y siendo muy pequeño. Después de ese día y durante toda la larga sequía, por las mañanas llegaba un helicóptero que descargaba agua de la misma manera.

«La gota que los salvó».

Fuente

Sort:  

Muy buena tu historia es absorbente, me gusto mucho la lucha del niño por salvar a su familia. si te animas pasas por mi publicación y me dejas tu comentario para seguir mejorando, seria de gran ayuda.

Me gustó mucho tu historia, es conmovedor como Paul no se da por vencido hasta alcanzar su objetivo. Siendo honesta no pensé que lograra conseguir ayuda. Y resulta que si logró que lo escucharan. Si quieres puedes leer mi entrada y decirme que tal te pareció, lo apreciaría bastante. Mucha suerte! (:

Gracias por leer, Ale. Paul merecía ser escuchado. Ya me paso por tu entrada ☕

¡Ay que bonito! Pensé que no lo lograría, pero me gusta bastante que sí lo hiciera. En fin, la determinación es necesaria para lograr cualquier objetivo

Con empeño se pueden lograr muchas cosas. Gracias por leer ✌

Coin Marketplace

STEEM 0.27
TRX 0.11
JST 0.030
BTC 69034.81
ETH 3815.36
USDT 1.00
SBD 3.50