SpanishChallenge #17 [Relato] - -- - Solo necesitabas tu cepillo de dientes

Me di cuenta que estaba perdiendo la oportunidad de mi vida, que estaba allí frente a mí a unos metros de distancia. Sólo necesitaba saltar. Te pedí desesperadamente que me acompañaras en este salto porque no podía hacerlo solo, lanzarme en la inmensidad del mundo sin compañía, sin tener alguien con quien compartir y sin tener con quien vivir a su lado y comentar las locuras que veremos.

Quiero que me acompañes en esto, quiero que saltes conmigo porque no vamos a caer, querida, vamos a volar juntos, o al menos vamos a intentarlo. Vamos a alcanzar aquello que nos oculta el horizonte. Si existe un punto en que las aguas del mar caigan a un abismo sin fin, allí estaremos para observarlo. Y si existe un lugar tan alto que el sol sea igual de intenso que aquel que quemó las alas de Ícaro, allí estaremos para sentir su calor.

Quiero que logremos todo, cariño, que nos paremos entre los más altos picos por encima de las nubes hasta que empieces a cuestionarte si es la realidad o es un sueño en el que vivimos. Que los arcoíris sean puentes que no necesitemos porque llegaremos suficientemente lejos por nuestra propia cuenta. En los topes yo tomaré tu mano para que puedas balancearte y llegar aún más lejos, mientras, tú señalarás en el horizonte el próximo punto que querrás que visitemos juntos. Nuestras visitas en los más recónditos lugares durarán cuanto tu quieras que duren, puesto que el tiempo es relativo y nuestra voluntad lo doblegará más que cualquier reloj. Conoceremos otros viajeros, otras personas a las que les gusten los saltos, y les contaremos de lo lejos que venimos.

Por supuesto que también tendremos tiempo sólo para nosotros, tiempo para recostarnos y descansar. Estaremos tanto tiempo viendo el cielo que la leche del firmamento se cortará y tendremos nuevas figuras. Podremos amarnos sin ser juzgados, sin que nuestras odiosas familias se enteren. Podremos soñar tanto dormidos como despiertos. Podremos deleitarnos con noches llenas de vinos y quesos.

Nada será verdad en este mundo y todo será de igual forma cierto y vívido. Nuestros dedos estarán marcados por detrás de nuestras manos, los tuyos en la mía y los míos en la tuya de tanto sostenernos en cada salto que nos acerque al borde de la muerte. Claro, porque la muerte también existirá, será real, cálida y al mismo tiempo ficticia, un invento que nos haremos para sentir la emoción del peligro y la calidez de las parcas en cada uno de nuestros saltos.

Pero claro, este mundo, o quizás este viaje entre mundos, era tan ficticio que no podía ser real, era tan ilógico que no podía existir y era tan perfecto que no pudiste creerlo, o al menos no pudiste engañarte lo suficiente. Entendí que no lo hicieras, que no empacaras todas tus cosas para venir conmigo, pero es que yo nunca te pedí eso, cariño, no hacía falta que trajeras tus cosas, todo lo tendríamos resuelto, lo único que necesitabas empacar era tu cepillo de dientes.