Spanishchallenge 16 entrada #1 - ¿Nos volveremos a ver?

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¿Nos volveremos a ver?

Una mañana normal, en cualquier estación del metro, en la ciudad de Caracas. Eran las 3 de la tarde, una hora casi normal antes de que se colmara un poco más el servicio por la salida de todos de sus trabajos. Camila entra al vagón, casi empujada por el alboroto y desesperación de la gente que no quiere quedarse. Como puede, abre su pequeño libro de poemas e intenta una lectura para no escuchar las voces y rumores de los demás usuarios.

En el vagón de al lado, está José. Aún no se acostumbra al suburbio de esta loca ciudad. Añora a su natal España, su gente, su familia. Observa detenidamente y suspira pensando que ya le queda poco tiempo al haber culminado su materia de intercambio en la universidad.

Se acerca la llegada a la estación. Salen casi corriendo por los empujones de la gente que entra y sale al mismo tiempo. Ambos caminan hacia la escalera y coinciden de entre los golpes de la gente.

-¡Disculpa! – Le dice Camila.
-¡Por favor, discúlpame! – Le responde José.

Hasta en eso coincidieron, las palabras y miradas se cruzaron. Ambos continuaron por diferentes caminos, con una mueca sonriente al recordar el momento.

-Muy lindo muchacho - Pensó Camila
-¡Hermosa mujer! – Lo dijo en voz alta José.

Camila llega a su habitación donde modestamente alquilaba, un lugar pequeño pero le aguardaba una cama muy cómoda donde podía recostarse e inspirarse para sus poemas diarios.

Pasaron algunos minutos, y siente algo de hambre. Mira su reloj y no es tan tarde.

-Debo compra algo para comer. ¡Cómo lo pude olvidar! – Grita Camila mientras se levanta y toma su bolso nuevamente para salir.

A dos cuadras estaba José, haciendo la cola para cancelar el ticket de lo que estaba comprando en la panadería de la esquina. Casualmente hoy cerraban temprano en el local y José alcanza a comprar para su cena. Él era el último de la cola y al salir ya comenzaron a bajar la Santamaría que hacía las veces de puerta del local.

A lo lejos se ve una joven que corre y grita, pero la poca luz no refleja bien la silueta. José se queda en la escalera y ve con preocupación que la chica se acerca a la panadería y…

-¡No, no puede ser, me quedé sin cena! – Dice Camila y baja la mirada mientras se sostiene la cabeza con ambas manos.

José se queda perplejo ante lo que tenía en frente.

-¿Eres la chica del metro? – Pregunta asombrado.
-Hola, si y tú el chico del metro, ¿verdad? Vaya coincidencia – Respondió Camila.

Muy caballeroso, José le pide que no se aflija que el alcanzó a comprar y le pidió que por favor aceptara que él la comparta con ella.

Entre risas llenas de nervios, ambos chicos caminaban hasta llegar a la plaza, allí se sentaron y compartieron la sencilla cena. Para sorpresa de ambos, eran vecinos. Vivían en edificios cercanos. Entre tanto surge la conversación entre los recién conocidos.

-Me gusta tu acento, José, ¿España? – Inicia Camila.
-Gracias, sí. Estoy por intercambio en la universidad central. Ya me queda poco tiempo. He de extrañar a mi familia y amigos – Responde José con mucha nostalgia.

Camila intenta alegrar el momento e invita a José para visitar un hermoso pueblo llamado Galipán, para aprovechar que mañana será viernes.

Después de una larga noche, ambos jóvenes se despiden en la entrada de edificio donde reside Camila y se abrazan con cariño, pero un abrazo de esos que te dejan sin respiración y a su vez suspirando. No cabe duda que hubo una fuerte conexión sentimental y el destino los ha juntado para realmente hacer una bonita historia, como se ha de esperar en cosas del amor.

Son las 9:00 am, se encuentran los dos recién conocidos y caminan hasta la plaza para tomar un taxi e ir a la estación del teleférico. La emoción los arropa, sus miradas brillan. ¿Amor a primera vista, o ganas de llenar un vacío? Lo cierto es que los chicos están decididos a experimentar sin algún nombre o definición de lo que estaban sintiendo.

-Este es uno de mis lugares favoritos de la ciudad – Le confiesa Camila mientras se trasladan en el funicular hacia el parque Warairarepano, en el cerro El Ávila.
-Entonces será uno de los míos – Responde José, en tono complaciente.

Unos cuantos minutos de recorrido, fotos del paisaje, fotos juntos, bromas y miradas pícaras. Todo esto pasa en el corto camino. Al llegar, bajan y emprenden la ruta hacia Galipán. Hermosos paisajes, románticos parajes los rodean, haciendo la escena cada vez más sentimental.

-Gracias por traerme a este hermoso lugar, Camila y gracias por dejarme conocerte y compartir contigo – Le dice José mientras le toma ambas manos y le dejar sentir un beso muy delicadamente.

Camila se ruboriza y asienta la cabeza para aceptar sus palabras y le responde:

-No sé a qué juega el destino con nosotros, pero agradezco a Dios por este momento.

Los jóvenes se toman de las manos, como si tuviesen años juntos. No pareciera que apenas ayer se acaban de conocer por alguna razón de la vida. Si existe el amor a primera vista, ha surgido en esta linda pareja, para quienes no existe el miedo al qué dirán y deciden dar riendas suelta a lo que estaban sintiendo.

Un rico almuerzo, fresas con crema, paseo a caballo y momentos inolvidables son los que vivieron Camila y José entre besos robados hasta el gran beso esperado.

Al caer la tarde, Camila muy entusiasmada planifica la salida de mañana. Pero José le pide que aguarde y le pide caminar. Escogió el más hermoso lugar, donde se veía la caída del sol, un momento realmente sutil para lo que estaba por venir.

-No pensé llegar a conocer a una mujer que me robara el corazón en tan solo horas – Le dice José, mientras la toma de ambas manos y sus ojos se entristecen.

Camila le pregunta que le pasa, mientras le levanta su mirada con una de sus manos. José, deja correr una lágrima y la mira a los ojos, mientras comenta:

-Mañana debo partir a España, ayer culminó lo del intercambio, por eso te dije que me quedaba poco tiempo.

Camila deja deslizar sus manos hasta separarlas de José, se da media vuelta y rompe en llanto. Él la toma por la cintura y frente a frente le jura amor eterno. Camila incrédula ante lo que está viviendo, le pregunta:

-¿Nos volveremos a ver?
-Si el destino hoy nos junta, es porque nuestras vidas no deben separase. Sí, nos volveremos a ver Camila – Le responde José.

No fue un amor de momento, fue un momento de amor que estos dos jóvenes se atrevieron a tener en esta alocada ciudad, pero se juraron amor eterno que quién sabe lo mantendrán. No es difícil que vuelvan a coincidir, solo el destino tendrá la respuesta.

Fin.


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Amiga, me encanto, te felicito!

Muchas gracias por leerlo amiga @marjorie16 Me alegra que te haya gustado. Saludos!

me encanto me encanto en serio de verdad lo ame, mucha suerte en el concurso... por aqui tienes un seguidor nuevo yo tambien ando participando y mi fuerte tambien es la poesia jajaja saludos desde Venezuela.

Muchas gracias Angel. También te estoy siguiendo. Saludos!

Casualidad y destino yendo de la mano. Excelente relato amiga, muy romántico. Creo que todos alguna vez hemos vivido ese "¿volveremos a vernos?". Tu relato transporta a esos parajes que mencionas. Por otro lado, por más fugaz que haya sido ese instante, existirá por siempre... te invito a leer mi publicación para el challenge que en cierta forma podría relacionarse con este. se llama *La eternidad del instante¨. Un saludo amiga, éxitos en el concurso.

Muchas gracias por tu comentario @ficciones Me alegra que te haya gustado. Ya paso a leer tu post.

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