SpanishChallenge #17 [Poesía] (Artículo Zero)

Los cantos más elevados son los menos desgastados, indica el sentido, el río, el sol, dos, desnudo y con frío, tu cuarzo conduce a una zona de envío, cuya disimetría no es otra rebelde distenia adolescente, blanda en lo que tiene relación, reconciliación tierna y sencilla entre la faja probervial. Una vecina le descubrió varios arañazos en el cuello y me lo comunicó, raramente el estudio aluvial conduce a una zona de comfort, raramente un refresco y un pepito llaman poco la atención, hay mucho que negociar, ni será rápido, ni será fácil, el hambre de convicción en esta hora de crisis, estalla las cicatrices de mi bacteria en las venas, con la intensidad del nado en la miseria, si, la vida nacional, deseo para tus hijos, mis hijos, estabilidad real, no una alambrada atmosférica, confusa desnutrición en la dimensión indiferencia, ¿no te alimenta la fuerza? ¿has visto alguna vez? estamos en directo, en vivo, sangrando como pueblo, unidos. "Para asumir la realidad desmonto el trigo envenenado y viejo, quisiera verla una vez más, respiro el doble y no aspiro el cielo." Cantó una voz posiblemente tratando de resolver quitarle desgracias a la mujer, que ve todos los días caer uno a uno a sus hijos desde las bocas del poder, nosotros físicamente diagnósticos de laboratorio, mordeduras de perros y gatos, glocks hidratadas por géneros literarios, fermentando hasta la octava edición lo que escuece en bilis esculina, con el switch de rescatar una fe de natural plastilina, carbunco no enturbia el caldo ni licua la gelatina, cuerpo elemental, fusión binaria, cuando llegue la plenitud de los tiempos, constituiremos la verdad, una organización familiar, tuning, tecnología espacial, ciencia verdadera, si subestiman el poder de la cuerda, el cuerdo y la fragua, cantíos tetracórdicos con el fin absoluto de mear lingotes de mezclas y surroundpan contarán lo que pasaba. Alabanzas a tretas que personas hacían a otras, rojas talabarterías de sienes ilusas ceñían angustia duodenal, se servían a ellos mismos y a nadie más. Economía perfecta, sana, pero que huele a mierda, desde la casa del reloj les presento lo que pasó, edificio Venezuela, el viaducto es real, calidad constructiva cíclica, escucho los disparos lejanos oteando la llanura impasible como un tronco sin armas que corre impasivo su limosna en el rocío, lleno hasta el tope van mis ojos del sol, protesta de un espíritu celoso, dentro y fuera de esta prisión de llaves que solo cierran.