"SpanishChallenge #17 [Relato]" "Negación"

–Está lloviendo –la escuche decir atrás mío. No sabía en qué momento había llegado.
Yo seguía concentrado en mi mano en como las gotas parecían rebotar. Como si mi cuerpo no quisiese absorber la lluvia. Sabía que estaba empapado, lo sentía, pero en este momento el agua no parecía suficiente. Me sentía sucia.
–Mara –dijo esta vez un poco más fuerte.
Todavía apoyada contra la baranda de la terraza, me voltee a verlo. Allí estaba al lado mío, y su cara lo decía todo. Podía ver en sus ojos que lo sabía. Yo no quería contarle, no quería su lastima, ni su tristeza. Me daba vergüenza.
–Hola –dije casi en un susurro, pero probando mi mejor sonrisa–. ¿Cómo sabias que estaba acá? ¿Cómo entraste?
Mi pregunta era una distracción, algo para evitar el tema que Fran estaba a punto de tocar. Él sabía que siempre que podía subía a la terraza, amaba la vista. En verano podía tomar sol, y cuando llovía y no hacía mucho frío venía a mojarme. Me encantaba la lluvia. Pero también venia para pensar, para estar sola.
–Agus me abrió la puerta y me dijo que habías subido. ¿Podemos hablar de lo que te está molestando?
–¿Qué interrumpas mi momento de lluvia?
–Desde el sábado pasado te pasa algo. Le pregunte a Agustina y me dijo que ella dormía cuando llegaste pero que estuviste en el baño horas, y que también sabe que está pasando algo.
Me senté en el piso y volví a mirarme las manos, que jugaban nerviosas, tratando de encontrar mi voz – No sé cómo empezar. Ni siquiera se si hay algo para contar.
–¿Marcos te dijo algo? –Negué con la cabeza y las lágrimas empezaron a salir solas, llovía tanto que esperaba no se notasen. Pero Nicolás me veía y yo sabía que quería preguntar otra cosa, pero me estaba dando el espacio.
– Salimos y la noche fue muy buena, como te conté al día siguiente. Llegamos a su casa y una cosa fue llevando a la otra. Pero…creo que por ahí estaba en pedo y no pudo controlarse. –Lo miré y tenía la mandíbula tensa.
–Él sabía que no querías, se lo habías dicho.
–Si pero estábamos ahí y por ahí pensó que había cambiado de opinión que me estaba haciendo la difícil. –Volví mi mirada a mis manos sin saber bien que más decir.
Francisco me abrazó y recosté mi cabeza en su hombro.
–Mara no fue tu culpa.
–No digo que haya sido, pero por ahí no fui lo suficientemente clara, por ahí no me escucho. Por ahí no puedo culpar a nadie, .
Sus brazos apretaron más fuerte.
–No fue tu culpa Mara, no fue tu culpa. Voy a decírtelo hasta que te lo creas.
Me quede callada llorando. Analizando mi memoria, dándole vueltas vueltas. ¿Qué pasa cuando no podes aceptarte victima, pero sentís que algo pasó, algo que no podes negar?
Cerré mis ojos con fuerza tratando que olvidar mientras sentía que me ahogaba. Mi amigo siguió abrazándome. El tiempo se parecía desdibujado mientras la lluvia seguía empapándonos. los truenos contaban otra historia, la del cielo. La de un cielo que parecía venirse abajo.