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RECUERDOS
Sentada al borde de la escalera que da hacia el jardín, decido desempolvar la caja que otrora me ofreciste, allí, con una ligera capa de polvo; me recuerda que años han pasado de tu presencia en mi vida, el libro de poemas ya tiene las hojas amarillas, la rosa busca ofrecerme su olor, no quiere avergonzarse de su seca apariencia, pero aun siendo vieja, recuerda las suaves caricias que sus pétalos ofrendaron a mi rostro, cuando yo cerraba los ojos y tu poco a poco ibas llenando mis mejillas de besos.
¿Recuerdas las mariposas nocturnas?, tu no las querías, yo te pedía respetarles la vida, tenían una belleza diferente, solo eso.
Abro el libro y leo tu poema favorito, se me escapa un suspiro, y mis ojos quieren drenar el sentimiento, ¡te siento tan mío cada vez que leo ese poema!.
Llevo el libro contra mi pecho, cierro mis ojos para recrearte una vez más, tu piel, tus labios, tu olor a frescor de eucalipto que te hace respirar con libertad.
Abro mis ojos, y un pétalo de la rosa se cae, escucho el sonido de la tetera, me levanto, guardo el libro en la caja de siempre, un halo de melancolía y la nostalgia bailan una pieza que recorre la casa, me sirvo una taza de té, te sirvo una taza de té, aunque ya no estés.

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UN ABRAZO
MONARCA AZUL