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Corto: "El muelle y la rosa"

Silvia llegó de la ciudad a su encantador pueblo de la infancia, con los brazos abiertos respiraba el aire a montaña y escuchaba feliz el trinar de los pájaros,  tenía 18 y volvía como toda una señorita educada y con ganas de seguir conquistando su futuro.

Al llegar a casa, tomó una cesta donde colocó frutas y semillas para merendar y se fue directo al muelle del lago. Ese lugar era tan especial, allí aprendió a nadar y junto a sus amigos de infancia vivió maravillosos momentos.

Llegó a la entrada y caminó poco a poco, como contando cada tablón que componía a aquella estructura tan especial, se sentó en el filo del muelle y dejó que sus pies rozaran suavemente el agua del lago, sensación sublime que la hizo suspirar.

Silvia sintió entonces unos pasos, sin miedos volteó para ver quién se aproximaba, era un caballero, portaba sombrero al estilo Fedora, un chaleco, y llevaba los pantalones doblados a la rodilla sin calzado, este se le sentó al lado y en un gesto de saludo le entregó una rosa.

Silvia tomó la flor y la colocó dentro de su cesta, al voltear para dar las gracias y preguntar el nombre, el apuesto caballero ya había desaparecido, no así su aroma varonil que había impregnado todo el ambiente.

Volvió a su casa, y con la flor en las manos no dejaba de pensar en aquel ser, decidió cada día ir al muelle a ver si lo volvía a ver…pero nunca más regresó, con el pasar del tiempo la obsesión de Silvia por encontrarse con el extraño hombre del muelle fue creciendo y manteniéndose, así como la flor que nunca se marchitó… 

Ese día, se fue al muelle, ya tenía 81 años, se sentó y colocó la rosa en las tablas, ya su alma estaba cansada de esperar, ese día sintió el aroma varonil que tanto había soñado, escucho los pasos y sintió que unas fuertes manos la tomaban por los hombros…

-deja la rosa- escuchó.

Silvia colocó la rosa en las tablas, se levantó y se fue. ya más liviana y feliz...

Al día siguiente murió de un infarto al ver que Laura, su sobrina, regresaba del muelle con una rosa en sus manos.

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