Una puerta falsa - Narrativa breve
Una puerta falsa
Si yo hubiera tenido un poco más de tiempo, mi hija no se hubiera muerto. Ya casi tenía convencido a su papá de que la aceptara de nuevo en la casa. No ha sido la primera ni la última que se enamora de un hombre casado. Todos le cayeron encima y ella se fue con él a la misma casa de vecindad donde vivía su hermana, que no la ayudaba.
-¡Josefina! ¡Sal a despedirte de tu hermana!
¿Y ahora, qué quiere esa loca? Ella se mete en su peo y son los demás los que debemos olerlo. Parece que no está conforme con todo el daño que ha hecho. Pero, es que... cómo se le pudo haber ocurrido que yo iba a aceptar de buena manera esa relación. Ellos podían ser padre e hija. Ella sólo tiene 18 años y hasta parece marimacho, lo menos que me imaginé es que siendo tan amiga de la esposa de ese desgraciado (hasta le cuidaba las hijas mientras ellos salían de paseo), terminara acostándose con él. Ella que se la tiraba de arrecha, caer en algo tan ruin. Nunca voy a comprender qué pasó ahí. Claro, el tipo es una rata. Yo, recién casada con su primo que vivió tiempo con él en su casa, que era como su hermano. Recién embarazada... decirme a mí, con su cara tan lavada: -Josefina, ahora somos cuñados dobles. Y yo tan inocente...-¿Cuñados dobles? -¿Y, por qué?- Y él tan arrogante me soltó ese pote en la cara: -¡Tu hermana Maritza es mi mujer!- ...Y ya no oí más. Recobré el conocimiento en una ambulancia, llegando al hospital y recordando, me volví a desmayar.
De ahí, en adelante, todo el embarazo fueron desmayos...Porque papá la reventó a latigazos con una manguera, porque la botó de la casa, porque se fue a vivir a la misma residencia donde yo vivía (y yo no quería verla ni en pintura). Parece que no podía hacerme más daño el perro ese que, de remate, la puso a vivir a tres puertas de mi puerta, para verla a diario barrer su frente, (porque parecía que me cazaba) apenas salía yo a barrer, salía ella y yo le reviraba los ojos y entraba a mi cuarto, molesta. Cuando no, me la tropezaba en la batea y me devolvía con mi montón de ropa sucia para no compartir el espacio con ella. Lo peor era cuando pasaba en las mañanas el descarado: -¡Buenos días, cuñada!... Le daba la espalda y tiraba la puerta.
Yo siempre hice todo bien, tuve un solo novio, me casé de velo y corona en la iglesia y llegué pura al altar. ¿Por qué ella tuvo que meter la pata? Ahora que cargue su cruz, porque esa es una cruz: todos los días pelean. Todos los días salen gritos por su puerta y yo me hago la sorda detrás de mi puerta.
Transcurrió más de un mes en esa agonía y le pedía a mi Dios que se la llevara de allí. Por eso, cuando escuché que me llamaba, después de todo el estrépito que sentí, yo me tapé las orejas y puse la radio a todo volumen para no oírla... Después me enteré por mi mamá, según le contaron los vecinos, que ella me llamaba para que la auxiliara (o para que la viera morir), porque apenas salió el hombre, ella le gritó: -¿Esto es mío?- refiriéndose a sus corotos (una cama, una peinadora, una cocina). Y él le respondió: -¡Claro que sí! - y ella: -¡Mira lo que me importan estas mierdas!- y comenzó a romperlo todo, partió vidrios, destrozó el colchón... -¡Yo te quería a ti, no esto!
El tipo se fue y al rato salió ella con un frasco de ácido muriático en la mano (para joderme aún más a mí), porque se fue por una puerta falsa, para que yo le abriera mi puerta a la culpa, porque tal vez pude haberla salvado. Ahora, su grito es mi pesadilla:
-¡Josefina!¡Sal a despedirte de tu hermana!
21/07/2019
Puerta al infierno por xusenru
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Muchas gracias por la valoración y apoyo, @don.quijote y Proyecto Cervantes.
un post que te deja con un sensación helada. Muchas vivencias enmarcadas en pocas lineas. Una realidad que pasan muchas familias.... Muy bueno el post.... Saludos...
Muchas gracias por su lectura y apreciación, @joelsegovia.