La muerte se fue con las manos vacías - Cuento breve
La muerte se fue con las manos vacías
Sus ojos se abrieron espantados. Unos brazos la levantaron del piso y la llevaron a su cama. Todo daba vueltas en el cuarto, hasta ella parecía levitar encogida como un feto por nacer. No había sonidos humanos, sólo un zumbido contagioso, una pasmosa espera sepulcral.
Momentos antes del golpe seco, todas las voces se convirtieron en un grito: -¡La va a matar!- El borracho, miró a todos lados y, en un parpadeo, consumó el temor colectivo asestándole una mano de pilón en la cabeza, dejándola tendida en la cuneta y, de una vez, echó a correr despavorido, como quien corre de una muerte justiciera que eligió llevarse al agresor en lugar de la víctima inocente.
Pero, esta vez, la muerte se fue con las manos vacías. Vicenta se paró de su lecho a los tres días (sus hijos fueron atendidos por la pareja de ancianos que la criaron y con los que aún vivía) y el borracho (su marido) regresó en la noche a dormir a su lado.
29/07/2019
La imagen es de Pixabay CC0 Creative Commons
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Tristemente cierto, como si nada siguen, como en la nada viven. Esto no es un cuento, estao es pura realidad.
Esa cruda realidad no decrece, todo lo contrario, la espiral de violencia se agranda con el paso del tiempo.
Excelente cuento, al parecer vivieron para contarlo. Saludos.
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Muy agradecida con tu visita, @jonsnow1983. Por esa vez, no hubo una víctima mortal, pero lo triste es que se crea un círculo vicioso en estos casos.
Una forma artística de decir muchas cosas reales
Lamentablemente, es así. Estos hechos son más comunes de lo que deberían en estos tiempos.