Memorias de un inmigrante venezolano...
No es fácil abandonar tú país cuando cuentas con una familia numerosa, cada integrante de ella es un dolor en tu corazón mientras más te alejas de tu terruño.
Cuando tomé la decisión de salir de Venezuela, un sin fin de incertidumbres invadieron mis pensamientos, y aunque llevaba mis planes bien planteados, la naturaleza humana de no saber que te deparara el camino en el futuro es más emocionante cuando sales de tu zona de confort. Y digo más emocionante por no decir otra cosa.
Aunque te sientas preparado para vivir fuera de tu entorno natural, siempre encontraras un cúmulo de cosas nuevas que jamás pensaste conocer, nuevos términos, significados diferentes para las que ya conoces, otros dialectos y vocabularios, climas, ambientes, ánimos, entre otros… Esto hace que surtan unos cambios en tu personalidad, nuevas actitudes y formas de pensar con respecto a algunas cosas más o menos importantes en tu vida.
El compartir espacios con un grupo de personas desconocidas, dormitorio, baño, cocina, hace resaltar en ti cosas que no habías sentido hacia otras personas, el sentido de solidaridad, el compañerismo, la tolerancia, son puestos a prueba, y que son adoptados en gran medida para una mejor convivencia, y más aun cuando la diferencia de edad es muy evidente entre los miembros del grupo, en mi caso soy el mayor del grupo de ocho personas que compartimos una vivienda de apenas 2 dormitorios, y como soy el recién llegado, comparto la sala (área de recibo de la vivienda) con mi hija y mi nieta.
Cuando convives con tus padres o tu familia de siempre no eres una carga cuando no tienes trabajo, en el extranjero esto es muy diferente. Cada integrante del grupo significa un gasto de comida, vivienda, vestimenta y en algunos caso hasta de salud, por lo tanto, el ganarse la vida trabajando de cualquier forma nunca había sido tan importante.
Pensar en divertirte es casi irresponsable, siempre y cuando tus objetivos estén claros y bien planteados, la diversión esta relegada a un segundo y hasta un tercer plano, y esto no significa que tu vida en el extranjero deba ser aburrida e infeliz, debes hacer que a lo que tengas que dedicarte para ganarte la vida sea agradable, de ser posible hacer que lo disfrutes, porque será la principal y más importante actividad a la que deberás dedicar gran parte de tu tiempo en ese lugar, y gastar dinero en diversión pasaría ahora a ser un lujo al que no tendrías acceso, si quieres tener éxito.
Esta historia continuará...