Antes de- después de

Se dice que a una mujer se le seduce por el oído, para nosotras es muy importante el lenguaje con el que un hombre nos corteje y se exprese.

Hay momentos íntimos, donde solo se involucra los dos y que despiertan el deseo de entregarse al hombre que aman, palabras como: “Eres preciosa, te necesito, complementas mi vida, ocupas un lugar muy especial en mi corazón, deseo estar contigo”, son palabras seductoras que la mayoría de las mujeres desearían escuchar y les permite iniciar una dulce y cálida intimidad.

Una vez terminado el acto sexual y el hombre llegue al clímax, no se debe suspender la comunicación, tanto visual como verbal, se esperan palabras de gratitud y admiración.

Para muchas mujeres es así, pero otras simplemente se sienten usadas, muy en el fondo desean que su pareja les hable cosas lindas de los dos, del recién terminado acto, de lo feliz que se siente. Algunas mujeres deambulan en su vida sentimental y de pareja, con sentimientos reprimidos y sueños de una vida íntima plena, sin atreverse a contarle a nadie. De allí surge que la mujer termine con el tan “fingido orgasmo”, ella lo hace para que el hombre finalice lo más rápido posible, su egoísta acto.

La mayoría de los hombres (no todos), recibieron su primera clase de sexualidad del vecino o compañero del colegio, de algún programa sexual de la televisión, revistas XXX. El acto sexual es realizado por instinto, sin importar el protocolo que se debe cumplir antes del coito, sin importar el gusto de la mujer y lo que le cause más placer a ella.