Cuanta verdad en tus palabras amigo. A veces imagino que vivimos un experimento social para verificar nuestro nivel de tolerancia y resiliencia, y hasta medir los intervalos de tiempo que transcurren de una alegria a una tristeza, y viceversa.
Pero no concibo lo posible de tan maléfico plan de algún "Gran Hermano" (o Dios) quien observa sádicamente nuestra desesperación. Así que solo concluyo que esta vaina es nuestra culpa por hechos, palabras u omisiones. Y bien tonto es quien quiera regocijarse en lamentos y autocompasión.
Adelante como el elefante. Es preciso ser feliz por decisión propia, porque el único hecho seguro e irresoluble es la llegada de la parca