La música es de las artes más accesibles y ancestrales. Y es que el ritmo musical tiene la propiedad de liberar en nosotros endorfinas para generar bienestar. La música se acoplan a nuestras emociones y sentimientos, y hacen mover nuestro cuerpo a su compás; desde tocar con el golpeteo de nuestros dedos hasta sacar las mas dulces y graciles notas a un instrumento más complejo como el violín o el piano.

Crecimos mientas nuestras madres nos sosegaban con un arrullo o un sonajero. Bailabamos con las canciones de moda, los jingles de nuestros comerciales favoritos. Le buscabamos sentido musical al bullicio de las calles, al canto de las ranas y los grillos. Si no creamos o ejecutamos piezas musicales, todos tenemos la habilidad natural de entenderla y disfrutarla.

La música ha evolucionado al mismo ritmo de nuestra sociedad. Es una impronta de nuestra cultura, de nuestra forma de vivir. De allí su variedad, los diferentes ritmos y estilos. No se ha deteriorado de un estilo académico a uno más urbano o callejero como el hip hop o el reguetón, se ha ramificado para concentrar la cultura y sentir de cada grupo humano. Cada ritmo, genero o estilo tiene su público. Y por la facilidad conque se puede difundir hoy en día en la internet y otros medios, es más fácil acceder a ellos según el gusto de cada quien.

¡Qué viva la música!