Decepción, fiel amiga en tiempo de crisis, engaño y fracaso. Creo que no hay personas en el mundo que no haya tenido que pasar por este macabro sentimiento, es una sensación que descompone todo tu cuerpo y llena tu mente de interrogantes que se repiten una y otra vez.

A medida que vamos creciendo nos enfrentamos a múltiples decepciones, el primer amor, un amigo nos traiciono, no obtuvimos la nota deseada, el trabajo esperado, en fin. Hay millones de formas de recibir una decepción, lo importante es la manera en como dejamos que esta nos afecte en nuestra vida.

Creo y soy fiel creyente que lo mejor es liberar las emociones; si queremos llorar, gritar patalear o hablar debemos hacerlo, lo que no podemos hacer es dejar que entremos en un círculo vicioso, donde una decepción nos lleve a otra o evitar seguir luchando para evitar una posible decepción, si no lo intentamos ¿Cómo sabremos los resultados?

Muchas veces he escuchado ¡El amor no existe! ¡Yo ame y me fallaron! ¡Amigo el ratón del queso! ¡Los amigos no existen! ¿Para que luchar si siempre es lo mismo? ¿Para que esforzarme, si se el resultado? Creo que mientras nos cerremos a la idea de confiar o se seguir intentando jamás lograremos lo deseado ¡Obviamente no iremos por el mundo con un cartel que diga se busca amor, buenos amigos y éxito! Pero no debemos cerrarnos a las posibilidades de ser felices, sobre todo no debemos dejar de tener confianza en nosotros, en nuestras capacidades y cualidades y en el resto de las personas, aunque cueste porque sabemos que existen personas mal intencionadas, que no les importa dañar nuestros sentimientos, pero no todas son iguales, nosotros tampoco somos perfectos. Que no nos atormente el hecho de no obtener todo lo que nos propongamos, lo ideal es tratar de ser feliz con lo que vamos alcanzando, así poco a poco nuestras metas se irán logrando, lo importante es no desfallecer en el intento.

Hoy en día noto como la mayoría de las personas se han convertido en un disco rayado de quejas y esto lo transmiten a sus hijos, yo me pregunto ¿Creen que es una buena crianza? ¿Con quejarse lo solucionaran? ¡Obviamente la respuesta es no! Entonces ¿Por qué enfrascarnos en quejarnos y pensar en lo miserable que nos sentimos? Tenemos que ocuparnos de nuestros problemas o de nuestras metas, no podemos esperar que ellos se superen o lleguen solas. En ocasiones escucho a mis amigos o vecinos reprochar y quejarse por cosas que se en la que ni siquiera se han ocupado y esperan obtener, me pregunto ¿Será que creen en la magia? Mi hermana dice no pase el examen y se empieza a quejar y yo le pregunto ¿Estudiaste? Su respuesta es no ¡Entonces como esperas lograr tal cosa!

El ser humano es inconforme e indeciso siempre espera más y más, lo más insólito es que nunca hacen nada por lograrlo, hay personas que si se esfuerzan hasta decir ya no más, lo más triste es que en ocasiones cuando deciden desistir es cuando están cerca de la meta, es por esta razón que siempre me digo a mi misma, si quiero lograr algo jamás ¡Jamás! Me cansare hasta lograrlo, obstáculos encontraremos muchos pero en la superación está el éxito de la vida. Es por esta razón que somos nosotros quienes tenemos en nuestras manos abrirle la puerta a la decepción o dejarla con los crespo hechos ¡Tú decides!

Es normal sentir en ocasiones nostalgia o un poco de frustración pero esto tenemos que tomarlo como gasolina para volver a encender ese motor, ser feliz y exitoso en la vida solo depende de nosotros el tiempo es corto y efímero es por esta razón que no debemos desperdiciarlo, el momento para ser feliz es hoy.