De la inconsciencia animal nace, cuando le dejan, lo más maravilloso del ser.
Que no del humano.
Lo primigenio.
Lo auténtico.
Lo genuino.
El verdadero demiurgo que vive anclado en la metanoia.
De la inconsciencia animal nace, cuando le dejan, lo más maravilloso del ser.
Que no del humano.
Lo primigenio.
Lo auténtico.
Lo genuino.
El verdadero demiurgo que vive anclado en la metanoia.
Es así, perseguir esa esencia nos hace videntes.