LOBO/Cuento

in #spanish7 years ago (edited)

LOBO.jpg
Fuente

LOBO.

Sueños, malditos sueños que despiertan en mí el deseo de libertad. Estos sueños, no me dejan disfrutar de mi absorción de la realidad. Debo dejar de soñar, comprender que estoy destinado a morir aquí.

Sé que lo merezco. Mi padre siempre lo decía, solía decirme: “Todo lo malo que ocurra en tu vida es culpa tuya” y sin embargo aquí estoy, y aun no comprendo ¿por qué?

Me encuentro en esta pequeña habitación húmeda y de un color blancuzco desgastado. Las paredes de la habitación están rasgadas, son vestigios de un anterior huésped. Estoy sentado en la cama, observando por la única ventana de la habitación.

Sólo hay una cama, sin sábanas ni almohadas. Ninguna comodidad está permitida aquí. En la soledad de mis pensamientos observo la luna.

En este sitio, las personas no existen, todos son seres crueles y aberrantes. No comprendo su actitud, no comprendo sus pensamientos, no comprendo sus emociones y los odio. Ellos también me odian, para ellos soy una peste.

Yo disfruto ser su peste, disfruto sus rostros cuando les escupo en la cara, cuando me cago en todos los lugares del baño, menos en el sitio destinado para ello.

Sonrío por recordarlo, y vuelvo a mirar a la luna, pienso en lo brillante que es. Estos seres no merecen su luz. Ni siquiera merecen su oscuridad.

Me quedo inmerso en mis pensamientos con la mirada sobre la luna y sin percatarme caigo en el abismo del sueño.

— ¡5:00AM a levantarse!—dijo aquella mujer con su característica voz ronca mientras entraba a la habitación.

— Aquí está tu desayuno—dijo y se fue cerrando la puerta de golpe.

Mis ojos estaban desorbitados y llorosos, daban vueltas mientras me sentaba en la cama. Cuando finalmente se fijaron, observaron un plato de cerámica sobre el piso mugroso, lo que había en el parecía sacado del mismo infierno.

Haciendo algo de esfuerzo logré comerlo y de esa forma comenzó mi día, la misma rutina de siempre. Comía, me duchaban, me hacían poner la camisa, iba al médico, me inyectaban, me dejaban toda la tarde en una sala de estar que huele a medicinas y a mierda.

Todos los días esperaba con ansias la llegada de la noche, del dulce brillo que anhelaba mi corazón.

En las noches permanezco mirando a la luna, hasta que finalmente caigo víctima de Morfeo. Este era mí día a día desde que llegué aquí.

Varias horas más tarde, me levanté abruptamente y sin poder evitarlo grité.

— ¡Vi una luz! ¡Vi una luz! ¡Vi una luz!

Abrieron la puerta súbitamente, era aquella mujer.

— ¡Cállate y duérmete!— dijo y se fue sin decir más.

Posado sobre la cama estupefacto pensé ¿Qué es lo que acabo de ver?¿Era la libertad? No, la libertad no debe dar miedo. Tenía miedo, mi cuerpo temblaba y sudaba. Había tenido una pesadilla.

El día siguiente transcurrió como siempre, con la diferencia de que aquella mujer no me dio comida, porque la desperté a mitad de la noche supongo.

En el pasar del día intentaba con vano esfuerzo recordar mi sueño. Sólo lograba ver fragmentos borrosos de una luz.

Finalmente llegó la noche, que esta vez se anunciaba con los aullidos de los perros, y yo me sentaba sobre la cama a observar la luna. Mi corazón latía con fuerza, su luz me recordaba el sueño. Pero era la última felicidad que me quedaba, así que la miré por horas hasta quedarme dormido.

A mitad de la noche volví a gritar.

—¡Vi una luz! ¡ ¡Es más grande! —

Esta vez, entró con una furia inhumana aquella mujer, con una correa de cuero y me golpeó hasta saciar su ira.

Se fue tal como entró, sin decir absolutamente nada. Luego de aquel martirio, recordé que esta vez era más que un sueño tenue, pude ver claramente la luna acercándose.

El sueño me había causado temor, mi cuerpo temblaba y el sudor frío erizaba los poros de mi piel. Cuando mi cuerpo se tranquilizó pude dormir profundamente.

En la mañana me desperté adolorido, con moretones por todos lados de mi cuerpo y vi una doble porción del “Alimento”, sin importar su apariencia y aguantando mis ganas de vomitar me comí ambos platos.

El día fue normal, inútil, absurdo. Hasta la llegada de la noche. Allí sentado frente a la ventana observé la luna sobre el firmamento por horas, mientras intentaba dilucidar porque ella en mis sueños me causaba pavor. Un chispazo de ingenio me llegó de golpe y pude vislumbrar que era lo que soñaba.

La luna no se hacía más grande en mis sueños, yo me acercaba más a ella. Era la libertad, soñé con mi libertad.

Así que comencé a planificar un plan de escape. Pensé, el cercado de púas de la casa era un obstáculo inútil para cualquier ser pensante. Y de la ventana de mi habitación podría escalar al techo fácilmente. Siempre y cuando me sujetara bien del marco de la ventana, de allí podría trepar con algo de esfuerzo, al estirar al máximo mis brazos hacia arriba y subir al techo. Una vez me encuentre en el techo, podría caminar a la parte trasera que está más cerca del piso. Y allí bajar con apoyo en el tubo de calefacción hasta el jardín. Era el plan perfecto, la calefacción nunca la encienden en verano.

Plácidamente pude dormir al aceptar mi destino, sabía que la luna no me podía abandonar.

—5:00AM ¡Levántate! — dijo aquella mujer.

Nunca estuve tan feliz de escuchar su voz, hoy era el día en que iba a tomar mi justicia, iba a ser libre. Me levanté con ánimo y mientras pasaba el día planificaba cada detalle de mi escape, el cual sería a la luz de mi amada.

Cuando se cerraron las puertas de la mansión y llegó la noche. Supe que era tiempo de hacerlo.

Abrí la ventana, la luz de la luna era tenue. Me tomé fuerte del marco, coloque ambos pies en el borde y miré hacia abajo, mi corazón tomó un impulso tan grande que me dolió en el pecho. Miré inmediatamente hacia arriba, elevando mi mano derecha y estirándome lo más que pude me aferré a la orilla del techo, y luego lo hice con la mano izquierda, ya colgando me impulsé con una fuerza imparable hasta que mi cuerpo estuvo tendido sobre el techo. Me quedé observando la luna, era cuarto menguante, parecía una sonrisa grotesca.

Me levante, caminé suavemente hasta llegar al tubo de calefacción, en donde me quite la camisa y la coloque de tal forma que me sirviera de arnés aferrado al tubo. Bajando de esta manera pude llegar hasta el suelo.

Con cuidado de no despertar a los perros caminé hasta el cercado y voltee para mirar por última vez la ventana de mi habitación. Cuando bajé la mirada, un perro negro gigantesco con los colmillos descubiertos y en estado de agresividad me miraba a los ojos con sus ojos carmesí.

El miedo se apoderó de mí, actué de forma rápida. La adrenalina me hizo correr más rápido que el perro, puse mi camisa sobre el cerco y lo salté.

La agresividad del perro no cedió y otros perros se unieron a su causa. Comenzaron a ladrar y los vigilantes salieron de la casa, tomaron la camisa que quedó sobre el cerco y se la dieron a oler a los perros.

Abrieron las puertas y los perros salieron en mi búsqueda. Corrí, corrí lo más rápido que mis piernas llegaban a esforzarse, la manada de perros detrás de mí se acercaba con furia.

Corrí por las tierras selváticas y húmedas los suficientes kilómetros para dejar a los perros atrás. En ese momento me detuve. Me quedé mirando el horizonte por donde había corrido.

Cuando mi pulso cardíaco bajó me percate de que había llegado a un bosque frondoso, miré el cielo y la luna ya no estaba. Lo primero que hice fue descansar en la gruesa raíz de un árbol, descansé poco tiempo hasta que vi unas luces en el sendero por donde vine. Y supe que eran ellos que venían por mí.

Me adentre a la oscuridad del bosque y seguí con paso rápido, llevaba una hora caminando, sintiendo la fatiga y el hambre. Me detuve.

Había llegado a una parte extraña del bosque. Era un terreno cóncavo pero pastoso, sin árboles, eso no era lo único extraño. Una mujer desnuda se encontraba allí, con el pelo lacio y largo hasta la cintura se encontraba en el centro de la superficie, su cabello era negro como el carbón. Su piel era tan pálida, que parecía traslucida, sus labios del mismo tono blancuzco. Sus ojos profundos y azules se posaban en mí.

Sin pronunciar palabra, me hipnotizo su belleza, me señaló con el dedo y me hizo una seña para que me acercara. No tenía confianza en ella, pero aun así mi cuerpo reaccionaba a su llamado. Me acerque lentamente hasta llegar a un paso de su figura. Me miró como si fuera una atracción turística, como si fuera una obra de arte.

Con sus manos delicadas tomó las mías, la sensación era fría como el hielo, inmediatamente la soltó.

—¿Quién e…?

No pude terminar la frase, no pude pronunciar palabra desde ese momento. Se acercó a mí, sentí su respiración agitada, en su rostro pude detallar sus ojos azul marino. Mientras veía sus ojos hipnóticos, sentí un frío mortal en mis labios. Me estaba besando.

Su beso fue un inesperado suceso que heló mi sangre de miedo, mi piel se erizo y mi cuerpo comenzó a temblar. Por más que lo intentara, por más que forzara a mi cuerpo a moverse, no podía.

Ella se alejó y me di cuenta del engaño. Treinta lobos negros, grises y blancos salieron de entre los árboles. Comencé a gritar pero de mi boca no emergía ruido alguno. Pensé ¡Luna no me puedes abandonar! ¡Luna no me puedes abandonar!

Inmóvil, mientras en mi mente gritaba y chirreaba. La mujer regresó frente a mí y me miró a los ojos. Mientras mi mente volvía a gritar, ¡Luna no me puedes abandonar! una voz dulce y melódica sonó en mi mente.

—No te he abandonado, yo soy la luna.

Entonces supe que era ella, la mire de forma suplicante pero me ignoró y se fue entre los árboles, desapareciendo en la oscuridad.

Los lobos se acercaban a mí con instinto voraz, una lágrima se resbalo sobre mi mejilla y los 30 lobos se abalanzaron sobre mí.

Inmóvil sentía como me arrancaban tajos de mi piel con sus dientes y se desparramaba mi sangre sobre el pasto. Sentí como iban comiendo de mi cuerpo. Cuando mis brazos y piernas fueron amputados a fuerza bruta cerré mis ojos por el dolor, deseando que todo esto solo fuera una pesadilla más.

Abrí los ojos con fuerza, me encontré postrado en una caverna rocosa, con la mirada borrosa y con el cuerpo adolorido. Intente levantarme, mientras estiraba mis brazos pude ver una sombra, me parecieron unas patas peludas de color negro.

Me asusté, así que me levante, mire alrededor en búsqueda de algún cánido negro y no encontré más que arena en la caverna. Me dispuse a caminar a paso lento y logre salir, mientras lo hacía me percaté de que mi percepción era diferente y los arboles del bosque eran más grandes de lo que recordaba.

Caminaba sin rumbo y razonando supe que fue una pesadilla.

Vi un rio que desembocaba en una laguna, sentí que una sed acumulada llegó a mi cuerpo y corrí a la laguna. Bebí, bebí como salvaje en la laguna azulada, y recordé los ojos de la mujer de mi pesadilla.

Paré de beber. Cuando las ondas se detuvieron, vi un lobo negro reflejado en el agua, el miedo se apoderó de mí. Grité lo más fuerte que pude y un aullido resonó en el bosque.

)

UPVOTE COMENTA REESTEEM SIGUEME

Sort:  

Congratulations @wjborges! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :

Award for the number of upvotes received

Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here

If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

By upvoting this notification, you can help all Steemit users. Learn how here!

@wjborges. Me gustó tu cuento. Después de los cuentos tan breves, jejeje, sentí éste largo.Lograste mantener siempre el suspenso y con suspenso terminaste.
Te felicito, voto y sigo.
Feliz tarde

Gracias, es un honor para mí saber que le gustó.

Coin Marketplace

STEEM 0.20
TRX 0.13
JST 0.030
BTC 65733.39
ETH 3506.40
USDT 1.00
SBD 2.51