CRÍTICA DE PELÍCULA: "Closer" (2004)
Sinopsis: La película sigue las idas y venidas en las relaciones románticas de cuatro personajes en Londres: un periodista, su musa, un dermatólogo y un fotógrafo. Sus conflictos sexuales, traiciones, reuniones y dislocaciones son el escenario principal de este drama.
Por complejas que sean las relaciones personales en la edad adulta, tarde o temprano todos los seres humanos tendrán la oportunidad de conocer sus alegrías y frustraciones inherentes a este tipo de relaciones (aunque sea de manera trivial). No sirve de nada querer tener cuidado y rodearse de precaución, porque dentro de este juego malicioso de sentimientos... Todos, de alguna manera, siempre se lastiman y / o terminan lastimando a alguien.
Cuando las vidas de cuatro desconocidos se cruzan inesperadamente y comienzan a involucrarse íntimamente, ninguno de ellos puede imaginar cuán conectados estarán entre sí. El guión se beneficia de este conflicto y se basa en una narrativa extremadamente interesante que pone en el centro de la atención la fugacidad e imprevisibilidad que se esconden en los encuentros casuales que ocultan un gran potencial para convertirse en otra cosa.
Sin embargo, cuando un sentimiento no es tan recíproco (provocando una obsesión compulsiva) y el otro es más atractivo de lo esperado (creando un vínculo de dependencia y necesidad muy alto)... Algunos de los personajes rompen el "protocolo" de normalidad y crean conflictos llenos de capas que son difíciles de pelar y demasiado amargas para ingerir fácilmente porque pertenecen a una naturaleza esencialmente complicada.
Todo esto se muestra con una cinematografía bien pensada y refinada, que muestra una producción de buena calidad en aspectos técnicos como un trabajo de fotografía muy puntual, una banda sonora cuidadosamente elegida (que tiene un gran efecto en la historia) y una edición de escenas que Vincula toda la película con una didáctica eficiente y esto es algo que puede explicarse por el hecho de que es precisamente un trabajo bien explorado (especialmente con respecto a la presentación de las escenas) y un hermoso y conmovedor trabajo de iluminación.
La realidad de los hechos que surgen en respuesta a las acciones (ya sean espontáneas o calculadas fríamente) de cada personaje resulta ser un emocionante y desafiante juego de gatos y ratones donde no hay ganadores... Solo hay un falso y grosero sentido de omnipotencia que entonces se hace cuando cada uno se da cuenta - a su manera - de que realmente no hay victoria, sino todo lo contrario, solo hay un vacío perturbador que revela lo tristes que realmente están.
El talento del dormitorio principal de Julia Roberts, Clive Owen, Natalie Portman y Jude Law es incuestionable, y aunque todos sus personajes respectivos no están tan bien distribuidos con respecto al tiempo de pantalla, todos tienen la profundidad necesaria para ser parte. esenciales de la narrativa. Cada uno de ellos (con más que merecida prominencia para Portman) se apropia de sus respectivos personajes con una claridad de ideas que es muy transparente y, por lo tanto, la historia fluye a un ritmo atractivo y muy dinámico.
Hipnótica desde sus primeras escenas (con grandes diálogos), la historia tiene una carga dramática basada en muchos conceptos psicológicos famosos y esto refuerza el peso que lleva en la narrativa y no hace ninguna ceremonia de exhibición. Ya sea en sus escenas más reflexivas (siempre llenas de simbolismo) o en escenas con un contenido cómico donde el humor ácido crece y roba la atención de la audiencia por un momento hasta que el drama regrese nuevamente, la película sigue una línea fina que destaca La fragilidad de los sentimientos humanos.
En medio de este afán de problematizar tantos temas de manera entrelazada, el director Mike Nichols hace algunas ideas falsas a lo largo de su trabajo ... Sin embargo, no plantean problemas importantes en el desarrollo de la película, que por cierto es uno de los mejores del mundo. su carrera El enfoque de los dilemas es muy personal e íntimo, su visión de los problemas es muy real y todo se maneja con una profunda humanización (incluso en los asuntos más espinosos), para que el público pueda identificarse - o al menos empatizar - con los conflictos experimentados por los personajes.
Huyendo de todos los estereotipos posibles, Closer emerge como una de las películas románticas más importantes y más adultas jamás hechas. Se cree que cada escena es una representación común, a menudo retratada de manera poco común, de la vida tal como es (o como debería ser, de acuerdo con los sueños de cada persona) y cómo nuestras decisiones se vuelven responsables de nuestras acciones, revelando que realmente somos cuando nos enfrentamos directamente a nuestros sentimientos más profundos y a menudo oscuros.
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