Las cicatrices también para mi han sido como una especie de medalla grabada en la piel, es un símbolo único de la superación de un daño, es nuestro propio kintsugi externo siendo el brillo de la experiencia el oro que reluce en nuestros recuerdos como un recurso para enfrentarnos a nuevas situaciones, y por otra parte el reparar internamente contiene su expresión de belleza en mucho mas que marcas mentales, ese tipo de heridas profundas cala mucho mas allá que en una dimensión superficial, por ello las fisuras se extienden en muchas direcciones, que al ser restauradas, van dejando en el proceso energías y espacios de arte si sabemos materializar las sensaciones que dejan el acto conciliador de irnos sanando, ya sea con el tiempo, compasión y bondad para con nuestra alma, o con mas arte emanado desde nuestro propio universo interno. Muy afable para leer y llena de significado esta publicación, muy agradable como otras de las que has hecho. Saludos! :D