Rápida reflexión sobre la importancia del anonimato

Desde su creación, Internet ha sido el lugar en el que millones de personas han podido compartir información principalmente de forma anónima. El anonimato es, y ha sido desde siempre, una característica fundamental dentro del concepto de Internet.

En parte, esta misma idea del anonimato es tan revolucionaria como la misma idea del Internet. Pues a pesar de que el anonimato existe desde tiempos inmemoriales, es en Internet donde se ha visto maximizado.

Debe entenderse que cuando me refiero a anonimato, no me refiero a "Anonymous", es decir, al grupo de hackers que realizan diversas actividades en la web, y tampoco me refiero al simple hecho de expresar algo de forma anónima utilizando seudónimos o cuentas no identificadas con nuestra persona, pues realmente, casi todo lo que hacemos en Internet puede ser rastreado y localizado, de tal forma, que probablemente este tipo de anonimato no exista realmente, o en su defecto, es muy restringido. A lo que me refiero, es a aquella capacidad de expresarnos de forma fluida sin que nuestros interlocutores sepan realmente quién transmite el mensaje.

Es algo simple, entre menos información tenga el interlocutor sobre la persona que expresa un mensaje, menos suposiciones y prejuicios tendrá sobre lo que se dice.

Cuando creo una cuenta con el objetivo de compartir ideas en diferentes sitios de la web, sean foros, paginas o redes sociales, siempre he intentado mantener alejado, en la medida de lo posible, todo tipo de información personal. Y esto no lo he hecho porque tenga miedo a que sepan quién soy, o porque desconfié de las intenciones de otras personas, no, esto lo he hecho principalmente para evitar condicionar al interlocutor con diferentes prejuicios.

El hecho de que el interlocutor no sepa quién se dirige a él, el hecho de que simplemente no sepa si es una mujer o un hombre, si es joven o anciano, si es negro, blanco, asiático, amerindio, mestizo, alto o pequeño, gordo o flaco, una persona o un grupo de ellas. En definitiva, la ausencia de información sobre quien emite el mensaje, aún con las cosas negativas que eso puede tener, trae consigo inevitablemente la ausencia de prejuicios, dejando únicamente al interlocutor la posibilidad de juzgar solo después de escuchar el mensaje, y no antes.

De hecho, así como una idea identificada con un personaje determinado puede llegar a tener un gran efecto en la comunidad correcta, por ejemplo, un pensamiento expresado por Sócrates tendría mucha más aceptación dentro de una comunidad de filósofos, que si se tratase de cualquier otra persona o de cualquier otra comunidad, pues de la misma manera, una idea anónima, si es buena, puede llegar tener un rango de influencia mucho más amplio.

Cuántos no son los casos en los que diferentes políticos expresan una misma idea pero mientras uno es alabado otro es vilipendiado. La mayoría de las personas se oponen a otras personas o a grupos de personas, muy poco a ideas en sí mismas. Por dicho motivo diversas ideas negativas y dañinas terminan casi inevitablemente infiltrándose al seno de los valores de nuestras comunidades, y es debido a que hemos aprendido a oponernos al mensajero pero no al mensaje.

Una idea anónima puede llegar a tener un efecto muy poderoso, veamos un ejemplo que está a simple vista, y no es nada más ni nada menos que el caso del Bitcoin, no sabemos quién o quiénes fueron los creadores de esta idea indudablemente ingeniosa, pero aun así la hemos adoptado, pero la pregunta es ¿apoyaríamos al Bitcoin si supiéramos quién es su creador?

¿Apoyarías al Bitcoin si, hipotéticamente, supieras que Bernard Madoff es su creador? y aunque tal vez la respuesta siguiera siendo si, ya que probablemente ahora entiendes y comprendes cómo funciona el Bitcoin, debemos admitir que aun comprendiendo técnicamente el funcionamiento de este, al presentar una idea que requiere de la inversión de tu dinero, acompañada del nombre de unos de los estafadores más grandes de los últimos años, la duda y la desconfianza se hacen presentes, a tal punto, que si antes de haber hecho tu primera inversión fueses contado con tal información, probablemente no hubieses invertido nunca, y la intención de aprender el funcionamiento de las criptomonedas también, probablemente, se fuese desvanecido.

En definitiva, el anonimato, bajo las circunstancias adecuadas, puede llegar a tener un efecto muy poderoso.

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