Muere el socialismo en Sudamérica

Con la victoria de Sebatian Piñera en Chile, el continente sudamérica se acerca cada vez más a darle la estocada final a la marea rosa.

Desde finales de la década de los 90, la deplorable situación económica en los Estados del sur de América impulsó una serie de cambios políticos a lo largo y ancho de la región, a modo de revolución, que termino por pintar el mapa de subcontinente de color rojo socialista.

Casi todos los países (11 de 12 en Sudamérica y 18 de 20 en Latinoamérica) llegaron a abrazar los ideales de izquierda (entre marxismo radical y socialdemocracia) para solucionar los crecientes problemas económicos.

Países de la marea rosa

El auge de los precios en las materias primas beneficio fuertemente los mandatos de los gobiernos de izquierda, quienes lograron mejorar la situación económica a costa de diferentes subsidios y programas sociales estatales, que si bien aumentaban el poder adquisitivo de las personas, no acomodaban realmente la economía y mucho menos la ponían a producir, viviendo todos estos países de la exportación de materias primas y la importación de todo lo demás (salvo contadas excepciones).

El fin del boom de las materias primas trajo consigo la complicación económica de varios de estos países, los cuales lejos de detener sus programas sociales y el gasto público, comenzaron a imprimir dinero y disparar la inflación, subiendo esta última de la misma forma en que cae la popularidad de los gobernantes.

Los escándalos de corrupción como el Caso Odebrecht afectaron a su vez a los gobernantes de la mayoría de los países del continente, teniendo particular importancia en Brasil, donde la presidenta Dilma Rousseff fue destituida mediante un "impeachment", y el ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado a más de 9 años de prisión.

A día de hoy se puede ver una clara tendencia en toda la región a girar hacia la derecha, la que se encuentra en sintonía con el auge de la llamada "extrema derecha" en los países europeos, no obstante, la derecha latinoamericana lejos de ser la típica derecha tradicional, es más bien una derecha pragmática y constitucionalista, que tendrá un duro enfoque en el cambio y la transición de poderes en la típica dinámica democrática, la cuál fue abandonada por los anteriores gobiernos.

Si hacemos una comparación entre la actualida y hace simplemente dos años, podemos ver como la cara de la región a cambiado completamente:

En rojo: países de ala izquierda. En Azul: países de ala derecha.

En las elecciones de Argentina en 2015, Mauricio Macri se alzo como vencedor ante el candidato de la izquierda Daniel Scioli, para el siguiente año, Perú haría lo mismo al ganar Pedro Pablo Kuczynski en una elecciones en donde los dos principales candidatos fueron de ala derecha, en Brasil la presidenta Dilma Rousseff fue destituida por corrupción y su cargo fue ocupado por Michel Temer.

El día de ayer Sebastian Piñera fue el claro ganador de las elecciones en Chile sacandolé casi 10 puntos porcentuales al candidato de izquierda.

La marea rosa se ve bastante reducida en Sudamérica, y los gobiernas de izquierda tienden de un hilo en su existencia.

En Venezuela, el país que dio la apertura a la marea rosa y que la dirigió hasta los últimos años en vida del ex-presidente Hugo Chávez, la situación es bastante crítica, la crisis económica llega a niveles nunca antes visto en todo el hemisferio occidental, y es inclusive más grande que la Gran Depresión. El gobierno de Nicolás Maduro se ha mantenido en el poder contra todo pronostico y valiéndose del quebrantamiento sistemático de la constitución y el uso de la fuerza mediante el brazo militar como órgano represor, no obstante, el próximo año veremos elecciones presidenciales en el país, en donde se prevee que el gobierno sufrirá un rotunda derrota.

En el caso de Ecuador, Lenin Moreno, el candidato de izquierda que se comprometía a seguir el legado del ex-presidente Rafael Correa, ha rompido totalmente las relaciones con sus antiguos aliados luego de tomar control sobre la situación del país, calificando a Correa de irresponsable y de dejar al país en una situación económicamente crítica. La ruptura fue de tal grado, que inclusive el vicepresidente Jorge Glas, del bando de Rafael Correa, fue apresado por corrupción.

Bolivia no se escapa de la turbulencia, el gobierno socialista de Evo Morales se encontró con un decisiva, aunque muy pequeña, derrota en el Referéndum constitucional realizado en el 2016, lo que inhabilito al actual presidente a ser reelegido en las próximas elecciones del país, no obstante, como sabemos que a los candidatos de izquierda poco le importa la constitución, el presidente Evo Morales mediante el Tribunal Supremo boliviano sorteo a la constitución y decidió postularse de todas formas para las futuras elecciones que vienen en el 2019.

Guyana y Suriname son dos países de poca importancia e influencia en la región, y son casos bastante excepcionales, Guyana por ejemplo, a tenido únicamente gobernantes de izquierda desde su independencia del Reino Unido en 1966.

Uruguay es el único gobierno de izquierda en la región que aún se mantiene firme y en pie, aunque se ha distanciado fuertemente de los otros gobiernos de izquierda en el subcontinente.

Todo parece indicar que en los próximos dos años las aguas se habrán calmado y la marea rosa se habrá acabado.