La libertad es probablemente uno de los conceptos más difíciles de entender, es curioso como personas de tan dispares ideologías y creencias se autodenominan como buscadores de la libertad, o en su defecto, como personas libres.

Pues es evidente que la palabra "libertad", al igual que la palabra "democracia", están asociadas casi universalmente con connotaciones positivas. Como el caso específico sobre la democracia ya lo traté hace algún tiempo atrás, ahora intentaré centrarme de forma más específica en la libertad.

Ya en el pasado he definido de forma parcial el concepto de libertad:

Ser libre significa poder elegir entre todas las opciones, y cuando una de estas opciones es bloqueada, imposibilitada de escoger, así sea por nosotros mismos, entonces el hombre pierde su libertad. Si tienes miedo a hacer algo, y evitas con todas tus fuerzas hacerlo, porque el miedo que existe en tu interior te dice que no lo hagas, entonces eres esclavo inconsciente de tu miedo, porque él está condicionando tus opciones. Esto no significa que debas hacer algo que no deseas, sino por el contrario, se trata de que sea precisamente por eso que no lo hagas, y no porque algo, como el miedo, limite tus opciones o te obligue a hacer algo.

¿Qué es la Libertad?

Esta es una definición de libertad bastante compleja de explicar a muchas personas, porque implica que no se trata únicamente de opresores/oprimidos, sino también se trata de personas que se oprimen a sí mismas, un caso bastante común en la actualidad, aunque profundizaré en eso un poco más adelante, pues considero primordial, remontarme hacía más de dos mil años atrás, donde las primeras ideas de libertad fueron concebidas: la Antigua Grecia.

Todos conocemos a grandes rasgos las más protagónicas entre todas las polis griegas; Atenas, aquella tierra de libertad, democracia y filosofía, cimiento de los mayores conocimientos occidentales, y por otro lado, Esparta, tierra de aristócratas y guerreros, hombres hechos para pelear y no para pensar, carne de cañón que solo sirvió para proteger a las demás polis de los elementos externos que quería subyugar a los pueblos helenos.

Es evidente para todos que en la gran Atenas existía mayor libertad que en Esparta y en cualquier poli griega... ¿o no?

¿Qué pasaría si te dijera que estarías totalmente equivocado al hacer esta afirmación? ¿Qué pasaría si te dijera que muy probablemente haz juzgado mal todo este tiempo? ¿Qué pasaría si te dijera que en Esparta había más libertad que en Atenas y que muy probablemente no lo hayas podido comprender?

Primero que nada, hay que desmentir la sobredimensionada libertad ateniense, por supuesto, sin querer desacreditar a tan magnifica ciudad. Es evidente que para aquella época esos niveles de libertad eran totalmente novedosos y nunca antes visto, no obstante, tanto los partidarios como los detractores se beneficiaban al sobredimensionar la libertad ateniense. Platón criticaba la democracia y toda la organización social de Atenas, llegando al punto de exagerarla como una especie de panarquía utópica/distópica (dependiendo del observador). No obstante, sabemos que la libertad ateniense nunca alcanzó estos niveles, pensadores como Sócrates fueron ejecutados por cuestionar a los dioses, y muchos otros como Anaxágoras o Diagoras tuvieron que huir para evitar ser presa de ese mismo destino.

En Esparta, muchos de estos aspectos eran similares o peores a los de Atenas, sabemos también que el Estado espartano se metía de lleno en la vida de las personas y violaban por completo muchas de sus libertades, lo cual los espartanos aceptaban honrosamente como disciplina militar.

No obstante, cuando hablamos de libertad, no solo estamos hablando de una cualidad presente en la interacción del hombre con sus pares, o con la sociedad, sino que también estamos hablando de aquella cualidad que existe en la interacción que tiene el hombre consigo mismo.

Es bastante común que las personas se enfoquen usualmente en el aspecto más externo de la libertad, el cual es el ámbito que todos conocemos, en donde no existe coacción por parte del Estado, en donde las personas son libres de pensar, creer y expresarse de la manera en que más lo deseen, es decir, la libertad física, en la cual no somos esclavos de ninguna ente o persona externa.

El gran obviado a la hora de hablar de la libertad, es aquella libertad que existe en el ámbito personal, la libertad interna, cuando no somos esclavos de nosotros mismos, es decir, cuando no somos esclavos del miedo, cuando no somos esclavos de las tentaciones, cuando no somos esclavos de los impulsos, cuando no somos esclavos de nuestras inseguridades ni de nuestras debilidades, cuando no sucumbimos ante vicios ni nos limitamos a ser lo que pensamos de nosotros mismos.

Ciertamente es una libertad más difícil de ver, pero a la vez, es más valiosa que la libertad externa. Y como sé que a este punto es posible que muchos ya no la entiendan intentaré explicarme un poco más.

Muchas veces no entendemos porque desde los inicios de la civilización occidental, el miedo, la lujuria, la gula, y muchas otras aptitudes eran vistas como las más bajas de un hombre, pero es bastante simple, si no eres capaz de controlar tus impulsos, tu miedos, tus tentaciones, entonces ellas te controlan a ti, y pierdes con tu propio beneplácito la libertad.

¿Qué es la Libertad?

De esta forma, si no podemos controlarnos a nosotros mismos, entonces algo está cumpliendo ese rol por nosotros. Si bebemos o fumamos impulsivamente, entonces estas acciones ponen en peligro nuestra libertad interior, y el problema no es el alcohol, el cigarrillo, o cualquier otra droga, no, el problema es que si no podemos controlar nuestros impulsos, nuestros impulsos nos controlan a nosotros.

Con esta explicación podemos darnos cuenta de que tanto Atenas como Esparta fueron pioneras en libertad, Atenas en el aspecto externo de ella, y Esparta en el aspecto interno, no obstante, quien llegó a profundizar más en su respectivo campo fueron los Espartanos, quienes con su asombrosa disciplina pudieron defender su libertad ante el terror, ante el miedo, y por sobre todo, ante la muerte.

Todo hombre tiene siempre la capacidad de ser libre, es por elección propia que la libertad puede existir, y de la misma forma, la libertad únicamente puede ser removida por nosotros mismos. Si alguien nos desea obligar o subyugar por la fuerza, intentando quitarnos nuestra libertad, y tiene la capacidad física o las herramientas para someternos, entonces el hombre se balancea sobre dos opciones; morir libre o vivir como esclavo, es evidente que la mayoría de las personas escogen siempre la vida de esclavo, pero los Espartanos tuvieron la capacidad, debido a su disciplina interna, para escoger morir libres antes que vivir como esclavos.

Para muestra de esto está la Batalla de Termópilas, cuando el rey Leónidas y los 300 espartanos se quedaron a luchar frente al poderoso Imperio Persa que ya había roto sus líneas. Esos hombres prefirieron morir siendo libres que vivir bajo la esclavitud de los persas.

Si alguien nos quisiera subyugar, nosotros pudiéramos rendirnos muy fácilmente alegando que su coacción nos quitó la libertad, no obstante, fuimos nosotros los que elegimos ceder nuestra libertad antes que afrontar la fuerza.

Muchos podrían decir que nosotros nunca decidimos afrontar esas circunstancias, y por ende fuimos condicionados, pero la realidad es que, solo somos libres de controlarnos a nosotros mismos, y no de las circunstancias que nos rodean, quien se crea libre de las circunstancias que intente vivir sin respirar, o que intente dar un salto sin volver a tocar nunca el piso, la libertad del humano únicamente sirve para actuar bajo nuestra propia voluntad, aunque no para actuar bajo nuestras propias condiciones o circunstancias.

Es curioso como luego de la guerra del Peloponeso, los espartanos lograron dominar a los atenienses, obligando a muchos de estos a una vida de servidumbre como esclavos. Esto muestra, como máximo ejemplo, que de la libertad sin disciplina se desciende a la esclavitud absoluta.

Tampoco pretendo sobredimensionar la libertad espartana, es claro que su existencia física se basaba en el vasallaje al Estado, y todo individuo era criado como esclavo del colectivo. No obstante, su fortaleza y disciplina les llevo a tener una enorme suma de libertad interna, que defendieron hasta la muerte en todo momento, en la Gran Retra (una especie de constitución oral espartana) se preveía una vida de función militar desde los 21 hasta los 60 años, lo cual solo era posible en mentes muy sanas, el mismo Leónidas murió antes los Persas a poco tiempo de haber acabado la edad militar, y muchos de los 300 famosos espartanos rondaban los 50 años.

Personalmente, veo la libertad como uno de los fines y objetivos más elevados, el cual no todos pueden conquistar, y el cual tampoco todos desean, pero que representa a su vez la máxima forma de madurez y fortaleza que un hombre puede demostrar, porque significa que ha aceptado que es dueño de su vida, que es responsable de sus acciones, y que solo se corresponde a él mismo. Ser libre significa no ser víctima, pues se es responsable de sus resultados, y tampoco victimario, pues ser libre implica inherentemente una fuerza moral que empuja al hombre a hacer lo que él considera como correcto.

Cuando se es libre, se acepta la preponderancia de nuestras propias acciones en nuestros resultados, tanto para lo bueno, como para lo malo. Nadie que es capaz de señalar a otro con el dedo para culparlo por sus desdichas personales, puede ser llamado verdaderamente un hombre libre.

Para finalizar, planteo la siguiente pregunta: ¿Puede un esclavo ser más libre que el hombre moderno?

Habiendo visto todo lo que hemos visto, entonces yo diría que sí, porque no hay peor esclavo que aquel que es esclavo de sus propios vicios, y que por ignorancia no puede entender el significado de la libertad, porque las mayores cadenas que tiene la esclavitud no se encuentran en las manos y los pies de los esclavos, sino en el cerebro y corazón de un hombre que no sabe que ha perdido su libertad.

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