Concurso de Microrrelatos de Ciencia Ficción #MicroCiFi256 - Semana 6 - El día que el tiempo se detuvo.

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María Fraser era alguien que daría todo por lo que le apasiona, incluyendo la realización de un trabajo que no le gustaba mucho pero que era necesario para cursar la maestría.  

Personalmente admitió que la docencia no era lo suyo; lo comprobó cuando hubo ocasiones en que quería reprobar a un buen grueso de sus estudiantes por su nada agradable comportamiento (o sea, la mitad más dos). Sin embargo, tenía que apañárselas para sobrevivir de lunes a viernes con los mejores ánimos posibles. Tenía, porque hace dos semanas mandó al demonio a la escuela y a los estudiantes por un trabajo mejor. 

Obviamente había algunos alumnos que le caían bien y que aportaban con muchísimas ganas en las clases, y le dolió dejarlos, pero sintió que era lo mejor. Le habría gustado quedarse por ese tipo de jóvenes ciudadanos, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de ser la asistente de un eminente arqueólogo.    

 ¿Se arrepentía de haberla aprovechado ahora que detuvo el tiempo con ese artefacto esférico extraño que había encontrado por accidente en el Templo de Ixbalanqué*?  La respuesta era mezclada: Sí, porque pudo haber encontrado en la educación un espacio ideal para ejercer su profesión. Y no, porque estaba segura de que su vida sería más monótona e intolerable si no se arriesgaba a salir del hueco.   

“Y pensar que todo esto inició con una pequeña mentira en el currículum”, pensó mientras veía emerger de la oscuridad a dos robots gigantes apuntándole con sus armas de última tecnología.   

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Notas de la autora:

*De acuerdo con la mitología maya, Ixbalanqué era el hermano mellizo de Hunahpú; junto con éste descendió al inframundo (Xibalbá) a vencer en un juego de pelota ceremonial a los señores de Xibalbá.

*Este relato participa en la sexta edición del Concurso de Microrrelatos de Ciencia Ficción, el cual es auspiciado por @trenz. Si estás interesado en el concurso, puedes hacer click aquí.

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