DICTADURA: Venezuela inmersa en la obscuridad
No sé ni por dónde empezar, pero haré un intento en expresarme lo mejor posible ante tanta injusticia, violencia, indolencia, comunismo, dictadura, obscuridad, muerte. Lo único que hago es llorar, como muchos de los que quedamos acá. Como bien saben todos, pues hemos sido noticia a nivel internacional desde que comenzó el año, nos encontramos sin electricidad desde el jueves 7 de marzo a las 4:56 PM. VENEZUELA ESTÁ APAGADA. Incluso algunos Estados ya estaban sin luz desde el día anterior, ¿qué les parece?
Lo que hemos vivido durante 20 años de comunismo asqueroso ha sido de película. Pero lo que estamos viviendo en estos momentos no tiene nombre. Saqueos, disparos, colectivos armados, gritos, desesperación, miedo, incertidumbre, HAMBRE. Todo lo que se había acumulado durante los años de ""revolución"", explotó. Llegamos a un punto de no retorno, ya se acabó el país. ¿Y ahora qué? Las noticias no las voy a enumerar porque de seguro muchos deben estar mejor enterados que yo misma, que solo he alcanzado a leer algunas, pues es poco el tiempo en el que restablecen el servicio y en el que logro tener señal en el teléfono para comunicarme a medias con mis familiares y amigos.
Hay personas de las que no se sabe absolutamente nada porque no han tenido ni una hora de luz desde que comenzó este caos. Los que, con mucho esfuerzo de por medio, teníamos algo de comida en nuestras neveras, la perdimos, se nos dañó. A la mayoría nos agarró esta locura sin estar preparados. Nos tocó con los pantalones abajo, como quien dice. Si necesitas comprar algo y no tienes efectivo o dólares, no puedes, no hay puntos de venta. Sí, como se lee, ¡dólares! Nuestra moneda está muerta y muchos se aprovechan de la crisis. Lamentos y lágrimas es todo lo que se escucha en Venezuela. No se sabe por cuánto tiempo estaremos así, pero mientras tanto nos seguirán colocando la electricidad por turnos: unas zonas sí, otras no. Hoy me tocó a mí por unas horas.
Hasta el momento van muchas muertes, pero el apagón masivo hace imposible establecer un recuento exacto de todos los acontecimientos. Nuestro Presidente interino, Juan Guaidó, sigue con las propuestas de calle, concentraciones y manifestaciones. Pero yo me pregunto: ¿cómo un pueblo con el estómago vacío, humillado y desmoralizado va a seguir marchando? En estos 20 años ha quedado claro que ésa no es la salida. ¿Será que la comunidad internacional está esperando a que la mitad de Venezuela se muera? La crisis humanitaria no espera. Todos nos sentimos traicionados, abandonados, engañados. La esperanza de un futuro mejor ya casi está perdida.
Me despido por hoy, aprovecho que tengo conexión para publicar. Como siempre, mi compañera de equipo desde hace diez años, mi cámara Olympus E-520.
