Luego de haber hecho mi estructura dibujé un ojo, lo borré y dibujé el otro, lo borré también e intenté arreglarle el mentón, lo borré todo y lo hice de nuevo. Nada estaba saliendo bien. Terminó el disco de jazzhop y comenzó otro sin que yo me diera cuenta, habían pasado tres horas y yo seguía intentando solucionar los problemas de este dibujo. Al final no fue nada fácil ni rápido y decidí dejarlo como está; creo que si puede llegar a parecerse un poco a la fotografía, seguro que si es ella, pero con parálisis facial.

En otro momento, diría que fue un error dibujar así, sin ganas, pero si quiero llegar a dibujar un rostro bien proporcionado en muy poco tiempo debo practicar incluso cuando no se quiere. En mi salón de dibujo se escucha siempre la frase: “la práctica hace al maestro”, y de verdad espero que así sea.