Crónica de una noche a oscuras | ¡Diez horas sin electricidad!

Llegué a casa a la 1:15 de la madrugada, quizá un poco mas. Fui al baño y luego paseé por la cocina buscando algo de comer y de beber. A pesar del sueño que tenía y de la hora, decidí ver las redes sociales. Me acomodé en el mueble, tomé la tablet y empecé a contestar los mensajes que tenía y, de pronto, todo se oscureció.

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Un silencio ensordecedor invadió el ambiente, mis oídos, acostumbrados al sonido, empezaron a zumbar por el silencio absoluto. La oscuridad me cubrió y solo quedó la luz de la tablet iluminando mi rostro. Esperé un momento rogando porque que las luces volvieran a prender, pero no sucedió.

Últimamente en mi país, en el estado donde vivo, ha habido muchos apagones o "bajones de luz" como les solemos decir, tres o cuatro al día al menos: las luces se apagan por dos o tres segundos y la electricidad vuelve, pero esta vez no, pasaron cinco segundos, veinte, un minuto y las luces seguían apagadas. Tristemente, en Venezuela es normal que se vaya la electricidad, y por supuesto no me sorprendí. Mi reacción fue decir <<¿En serio?>>, pero solo por que se fuera la luz en la madrugada.
Permanecí en el mueble escribiendo algunas cosas en la tablet, porque sin wifi ya no podía entrar a las redes sociales.

El sueño cayó mas fuerte sobre mi y el calor empezó hacerme sudar (y es que en Maracaibo, la ciudad donde vivo, hace un calor como en el infierno). Pensé que sería inútil irme a mi habitación, posiblemente, sin el aire acondicionado allí sentiría mas calor que en la sala. Dejé la tablet a un lado y me acosté en el mueble para intentar dormir.

Al principio fue difícil, los zancudos revoloteaban sobre mi clavando de vez en cuando sus aguijones para chupar mi sangre. En la oscuridad pude sentir que también había moscas molestándome, como si hubieran formado un complot para no dejarme dormir, y es que si, aquí hasta en la madrugada aparecen las moscas. El sudor me corría por la frente y el cuello, empezaba a empapar mi espalda y yo solo rogaba porque pronto llegará la luz. Dormí por momentos pero me despertaba continuamente, quitaba el sudor de mi frente, intentaba espantar a los mosquitos, miraba a la absoluta oscuridad dando vueltas en el mueble, pasaban las horas y la luz no llegaba. Esa noche creo que la Madre Naturaleza fue condescendiente, y no hizo sentir tanto calor como de costumbre. Toda mi noche fue así.

Dormí lo suficiente para despertarme cuando el sol estaba saliendo. Si, llevábamos cinco horas y media sin electricidad. Se supone que en la mañana me encontraría con mi mejor amiga, pero lo único que pude hacer al abrir los ojos fue enviarle un mensaje diciendo que no podría ir, que no pasé una buena noche y estaba cansada. Me sentí pésimo por quedarle mal, pero mi cuerpo estaba tan agotado que no me permitió pararme del mueble.

Parte de la mañana intenté dormir, pero sucedió lo mismo que durante la noche: los mosquitos me atormentaban, el sudor me corría por el cuerpo y el calor era mas intenso.

Ignoro la hora en la que me levanté del mueble y fui a una de las habitaciones. Mi cuerpo estaba en modo automático, pero si sabía que aun no había electricidad.

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No sé cuanto tiempo pasó, cuando medio dormida escuché un alboroto, señal de que había regresado la electricidad. Como autómata me levanté de la cama, prendí el ventilador y volví acostarme. Infortunadamente, aun no podía prender el aire acondicionado.

No dormí mucho tiempo después que regresó la luz. Me levanté de la cama y, aunque mi cuerpo se sentía pesado, revisé la hora: ¡Sorpresa! ¡Estuvimos casi diez horas sin electricidad! Escuché a mi abuela quejarse de haber pasado la noche "echándose fresco" con un libro, mi madre apenas durmió y, por increíble que parezca, mi papá y mi hermana durmieron tranquilamente.

Al despertar, necesitaba saber que había pasado y enseguida entré a las redes sociales. Los periódicos locales y nacionales anunciaban la noticia de que gran parte del estado había quedado sin electricidad durante la madrugada. El gobierno anunció un "intento de sabotaje" que provocó una explosión en una de las estaciones eléctricas.

No sé que creer: si fue sabotaje, por cualquiera que deseara hacerlo, o si fue por falta de mantenimiento (que también es una hipótesis que se dice por ahí). Ahora solo nos queda continuar con nuestras vidas, olvidar la mala noche y rogar porque no vuelva a pasar; aunque con la tensa situación, no tengo mucha esperanza.

Esta es solo mi historia. No imagino la noche que pasaron bebés, niños y ancianos que al igual que yo pasaron casi diez horas sin electricidad.