…“La Educación Ambiental, que tiene sus raíces en Aristóteles, Rousseu, Pestalozzi, entre otros, y después de ellos las concepciones educativas del mundo natural”… Fuente

La autora plantea, dónde se arraiga la educación ambiental más no ¿Dónde y cómo nace la preocupación? Es evidente que debió haber un motivo para iniciarse una inquietud tanto en la época clásica (Aristóteles) como en la moderna (Rousseu y Pestalozzi). Pués, muchas actividades indujeron nuevos usos de los recursos naturales, por consiguiente se fue generando pequeñas afectaciones al ambiente, bien sea, por los estilos de vida que evolucionaron conjuntamente con las necesidades de asentamiento, alimentación, recreación y demás factores condicionantes de las civilizaciones.

Si nos trasladamos a la revolución neolítica, hace más o menos, unos 8.000 años, podemos inferir que fue la transformación de la economía humana que le dio al hombre el control de su propio abastecimiento. Se comenzó a sembrar, cultivar y a mejorar la selección de plantas y, a la vez, se logra domesticar algunas especies animales. Ahora bien, este cambio tuvo el carácter de una revolución, porque los hombres dejaron de ser nómadas y se convirtieron en sedentarios.

Me explico para quienes no estèn familiarizados con los términos, las tribus nómadas eran las que estaban en un lugar hasta que agotaban sus recursos (alimentos, agua, entre otros) y se iban a otros lugares para satisfacer sus necesidades. Los sedentarios se caracterizan por su permanencia en los lugares. Si bien al principio el sedentarismo solo se practicaba en épocas de siembra y cosecha. Al aparecer la agricultura se multiplicaron los alimentos como nunca antes había ocurrido.

Se puede decir que, es el tiempo en que el hombre comienza a tener autodominio de sí y experimenta como puede sustraer de la naturaleza lo elemental y necesario para su supervivencia; en esta nueva visión, se emplea el conocimiento solo de forma holística si se quiere, sin causar mayor impacto sobre el ambiente y satisfaciendo las condiciones básicas para su permanencia y desarrollo en la Tierra; no obstante, en la medida que transcurren los años se emplean nuevos métodos de dominación y uso de los recursos. La expansión de las fronteras agrícolas propició las guerras: el enfrentamiento por territorio; sin embargo, cuando la guerra es por territorio, los vencidos no solo pierden sus tierras, sino su libertad; quedan sometidos y se convierten en esclavos quedando a merced de los invasores y sirviendo como mano de obra carente de cualquier derecho.

Estos acontecimientos tienen un significado relevantemente antropológico en lo que respecta al modo de vida o cultura de nuestros ancestros, pero guardan relación y pudiésemos vincularlo claramente con la actitud de dominación y expansión que han y continúan practicando potencias extranjeras con los países más débiles militarmente, con evidente propósito de aprovechamiento y explotación salvaje de sus recursos naturales, cultura, costumbre y violación de derechos humanos. En esto, podemos enunciar la Revolución Industrial desarrollada en sometimiento de la India y otras naciones menos poderosas.

[Créditos de la imagen: pixabay]

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La realidad de cómo y cuándo nace la preocupación del hombre por el ambiente quizás no sea el umbral griego, sino del clamor de los menos favorecidos (Naciones pobres y en vías de desarrollo); pobres por no contar con una adecuada y sólida estructura de luces educativa y conciencia que les permita salir de la incapacidad de ampliar y crear alternativas de desarrollo económico en armonía con el ambiente; muchas naciones en estas situaciones tienen potencial en recursos naturales, minerales y humanos; no obstante, carecen de organización y corresponsabilidad socio gubernamental.

En torno al análisis realizado, el cual es fragmento de mis trabajos académicos, se ramifican varias vinculaciones que se entrelazan con hechos fidedignos del hemisferio sur, donde en naciones de tierra firme e islas caribeñas se han consumado situaciones como las referidas anteriormente; la pobreza y marginalidad se afianzan día a día y los indicadores de crecimiento (Producto interno bruto) no reflejan la realidad, se manipula ampliamente con el método estadístico de decir que existe un notable crecimiento, estimando el mismo en base a la explotación, producción y procesamiento de los recursos naturales.

Quién formula estas interrogantes: ¿La tasa de mortalidad humana y de la biodiversidad a consecuencia de esas actividades son debitadas de los cálculos del Producto Interno Bruto? ¿Los costes médicos, quirúrgicos y de medicinas producto de enfermedades asociadas a la contaminación, son debitadas de los mencionados cálculos? Puede que estas preguntas no tengan una respuesta sincera porque son excusadas en el supuesto desarrollo socioeconómico que viven las naciones hoy en día; menos podría un gobierno responsablemente hablar de preocupación por el ambiente cuando no se sincera realmente en formular esas interrogantes y después de sincerarse en las respuestas, establecer sostenibles políticas públicas para resarcir todo el daño ocasionado; en todo caso, este sería otro tema objeto de estudio.

Desde la perspectiva oficial, la preocupación del hombre por el ambiente se inicia de forma gradual en la medida que aumentaba la magnitud de los daños causados a la naturaleza como se refirió anteriormente, la insensatez capitalista llegó a clasificar los recursos naturales en renovables y no renovables, el hombre aún no era capaz de entender que los elementos constitutivos de la naturaleza son finitos y ninguno de ellos son renovables, solo son sustentables y perdurables en el tiempo y espacio si se les da un adecuado uso. Las advertencias de los científicos y estudiosos del tema, realizaban consecuentes avisos que fueron ignorados o manipulados por la supremacía de la mano invisible, hasta que se dió apertura a la explosión de desarrollo industrial y tecnológico de la segunda guerra mundial.

[Créditos de la imagen: pixabay]

Cabe destacar, que algunas referencias teóricas indican que la preocupación de nuestra especie por el ambiente comienza con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo en junio de 1972; sin embargo, pasado el conflicto bélico (1948) con sus secuelas de contaminación y degradación ambiental; la UNESCO encamina sus acciones con la elaboración de programas estratégicos enfocados desde las escuelas hacia la sociedad. [Fuente] En esta forma, comienza a germinar la inquietud del hombre por la naturaleza y se encadenan una serie de acciones teológicas; asimismo, de corte científico, diplomático, político, económicos, social, entre otros que pueden escaparse de estas consideraciones, en función de reordenar el estatus natural del hombre hacia su entorno.

No será sino hasta la actualidad cuando se torne el tema como la turbación del siglo, ¿reaccionamos o continuamos con la destrucción directa e indirectamente de nuestra propia especie? Con estas orientaciones y consideraciones, es necesario comprender que la preocupación no puede, ni debe ser particular, ha de ser colectiva, social y a escala global. Este tema puede ser mejor comprendido si consulta este interesante post ambiental

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