Concurso Cervantes 10ª Semana: GLORIA FUERTES

Desde muy joven tuvo que tomar decisiones muy difíciles, y ahora en la madurez de sus años, no le estaba tocando fácil la elección. Las enseñanzas recibidas de sus padres siempre fueron basadas en el esfuerzo y en el empeño para hacer las cosas. Nunca hicieron nada por ella pero si la motivaron a buscar las respuestas, y eso la hizo una persona con carácter, autonomía y poder de decisión.

Llovía torrencialmente y sentada junto a la ventana, recordaba aquellos años en los que era tan fácil saber que hacer, teniendo la certeza que contaba con suficiente juventud y vitalidad para asumir cualquier consecuencia. Hoy ya no sentía tal seguridad, invadida de temores y dudas analizaba en su mente cual era el mejor camino a seguir.

Ya no era solo ella, ahora tenía bajo su responsabilidad la vida de sus tres hijos y sabía que cualquier equivocación iba a afectarlos directamente. Se trataba de escoger entre seguir sus sueños y realizarse profesionalmente o cumplir con su deber de madre y entregarse a ese papel incondicionalmente. Tantos años preparándose para cumplir su meta de graduarse y poder generar ingresos para ella y para su familia, se veían condicionados al hecho de que sus hijos quedarían al cuidado de otras manos y esta vez, ya no serían las manos benditas de su madre, de quien estaba segura sabia hacerlo mejor que ella pues, había fallecido; sino de alguien totalmente desconocido que venia con una recomendación.

Que fácil seria hacer como muchas mujeres en el mundo, con una necesidad tan grande y sin opciones, que se resignan a la situación y se van a trabajar. Pero este no era su caso, pues por suerte ella contaba con el apoyo de su compañero, que si bien no era rico, trabaja muy duro para que no les faltara nada.

Pero allí estaba aquella sensación en su cuerpo, esa que le producía la incertidumbre de no saber si mañana se arrepentiría de lo que decidiera. No le quedaba mucha juventud ya y reflexionaba sobre si estaba preparada para dejar su lucha en la calle y quedarse en casa.

Pensaba en sus padres, un matrimonio conservador, de esos en donde la esposa se queda en la casa y el marido sale a trabajar y recordó que creció rodeada de estabilidad y seguridad emocional pues siempre tuvo la presencia materna y paterna alrededor. ¿Qué era lo mejor para ella? ¿Qué era lo mejor para su familia? ¿Que era lo mejor para todos? En este punto nada era totalmente claro y nuevamente la incertidumbre hacia bien su trabajo.

¿Tenia miedo? ¿Era su indecisión falta de amor o egoismo?, tantas preguntas pasaban en su mente, pero sabía que tenía que decidir y tenía que hacerlo pronto.

En la vida siempre hay encrucijadas, en donde de manera imperativa hay que tomar un camino y no siempre ese camino es el más fácil. Pero eso es la vida, allí radica lo esencialmente hermoso de vivir. Hacer lo correcto aunque no sea lo que todo el mundo haga.

Afuera la lluvia torrencial ya solo era una llovizna, de igual forma, dentro de ella su mente atormentada ya se encontraba en total calma. Finalmente había encontrado las respuestas que buscaba y que le ayudarían a tomar su decisión. Las decisiones correctas se toman con el corazón, y se afronta con fortaleza y convicción.

No siempre es fácil el camino que nos toca y aunque sea intricado y empinado, la travesía siempre será fabulosa

Ella eligió a su familia. Eligio el camino que un día recorrió de la mano de amor.

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