Hay quienes dicen que después de la tormenta llega la calma, yo particularmente pienso que a veces dentro de esa tempestad puedes encontrar tu propia Calma.

Aunque algunos asocian los días lluviosos y grises con pesares, la lluvia puede ser esa cómplice que nos permita renovar nuestras energías y ayudarnos a lavar nuestras penas. No se trata solo de brillar bajo el sol, como reza el dicho, se trata de “Aprender a bailar bajo la lluvia”.

La próxima vez que comience a llover, asómate por la ventana y comienza a apreciar los colores que se despiertan con la lluvia: el verde de las plantas y la hierba, los colores vivos en las flores. Llena tu olfato con el olor a tierra húmeda, sonríe al ver el rocio caer por el vidrio de tu ventana y ríe un poco al ver a los pajaritos alegres al bañarse en los charcos de agua.

Yo hice lo mismo ayer en la tarde, y mientras el cielo nos regalaba una tarde lluviosa, hice lo posible por desarrollar mis sentidos y disfrutarla, a la vez que tome algunas fotografías del momento, y aunque está demás que yo lo diga, pero en mi pueblito: la Colonia Tovar, vaya que las montañas se ponen más bonitas cada vez que llueve. 😁