La hipocresía del Sexo y la Violencia.

Existen dos conceptos en la naturaleza que nadie puede negar, el sexo y la violencia. Ambos han formado, forman y formarán parte de la vida allá donde ésta decida aparecer.

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Todas y cada una de las especies animales del planeta conocen ambas realidades muy bien. La vida y la muerte son dos procesos de una misma realidad, una realidad moldeada tanto por el sexo como por la violencia. Están presentes en el momento del nacimiento. La nueva vida es producto del sexo y el acto de nacer se produce a través del órgano sexual femenino. Además, un parto es en sí un acto muy violento, ya que requiere de un uso de la fuerza extraordinaria, que normalmente termina dejando completamente extenuada a la madre. En muchos casos incluso produciéndole la muerte.

Así que podemos concluir que todo ser humano es ávido conocedor tanto del sexo como de la violencia desde que uno tiene capacidad de pensamiento. Los bebés crecen amorrados a los pezones de sus madres. Pasan meses pegados a sus pechos, parte del cuerpo de la mujer al que los adultos le confieren un significado altamente sexual, ya sean hombres o mujeres.

Sin embargo, según vamos creciendo y llegamos a la edad adulta, podemos decir que la mayoría de las personas reciben el sexo como algo placentero y positivo, pero le dan a la violencia un valor negativo e indeseable.

En la mayoría de las situaciones que nos presenta la vida podemos elegir cuando queremos o no queremos vivir tanto el sexo como la violencia. Y seguramente la mayoría de vosotras y vosotros deseéis el primero y huyáis del segundo.

Con esto podemos concluir que el sexo, salvo determinadas excepciones que no vienen al caso, es algo positivo que nos hace sentir mejor, nos hace sonreír y es algo que queremos que esté presente en nuestras vidas, enriqueciéndolas e influyendo en nuestra felicidad. Por el contrario, salvo excepciones, no queremos saber nada de la violencia, es algo que nos crea rechazo, nos hace sentir mal, nos pone tristes y saca lo peor de nosotros, ira, venganza, odio, ansiedad. Y muchas veces ser víctimas de la violencia puede dejar graves secuelas en nosotros, tanto físicas como psicológicas. Puede además producirnos la muerte.

Y ahora viene el porqué de este artículo. Mi lado reivindicativo se despierta casi cada día ante el mundo que los medios nos venden y nosotros consumimos sin cuestionarnos. Es un tema muy amplio, pero en esta ocasión me voy a centrar mucho en algo concreto.

La televisión, la radio, las revistas, los periódicos, el cine, los videoclips, la sociedad en general trata de construir unos valores que pone en una balanza aquello que está bien y aquello que está mal. Aquello que es mejor ocultar a nuestros menores, y aquello que está bien mostrarles. Lo bueno y lo malo, lo saludable y lo perjudicial. La dicotomía de la moral.

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¿Cómo se trata en este paradigma al sexo y a la violencia?

Parece increíble, que la balanza social del bien y del mal pongan al sexo en el mismo lado que se pone a la violencia en muchos casos, cuando antes hemos visto cómo nosotros, como individuos, no estamos de acuerdo. ¿Por qué la sociedad se empeña en decirnos que el sexo es algo que precisa de una censura? Es un tema que debe ser controlado, es un tema que en muchos casos causa vergüenza, se convierte en tabú y eso conlleva que no se hable de ello de forma abierta y natural. Por consiguiente la información al respecto no fluye, no llega a todo el mundo y en algunos casos llega de forma fraccionada o repleta de malentendidos. Esta brecha entre lo real y lo ideal causa multitud de trastornos a gran parte de la población.

A pesar de todo, la publicidad usa el sexo como reclamo ya que sabe, que en el fondo es un deseo innato en todos nosotros. El sexo nos atrae, lo deseamos y lo buscamos, así que qué mejor manera de llamar la atención de las personas. Pero ¡ojo! el sexo en la publicidad es un sexo irreal, censurado, insinuado, oculto. La sociedad es tan hipócrita que sabe que es un excelente reclamo, pero a pesar de eso no se permite mostrarlo tal cual es porque se supone que no es “adecuado” “decente” “moral” “limpio”. Es normal, por consiguiente, que las personas duden sobre si tener deseo sexual o tener sexo es algo apropiado, decente, moral y limpio. Ahí empiezan la vergüenza, la humillación, los pensamientos de culpabilidad, las confusiones, las mentiras y muchos otros problemas.

Para colmo, la violencia, tema que hemos acordado antes que no es algo deseado por casi nadie y que lo único que trae consigo son problemas entre las personas, está a la vista de todo el mundo y en grandes cantidades.

¿Estamos de acuerdo en que una pistola es un objeto pensado y diseñado para matar o herir gravemente a las personas? Una pistola no sirve para otra cosa que para ser disparada contra otra persona. Puedes usarlo como martillo para clavar un clavo, pero no fue diseñado para eso y nadie lo compra para tal fin.

¿En cuántos carteles de películas aparece una pistola?

¿En cuántos carteles de películas aparece un pene?

¿En cuántos carteles de películas aparece una vagina?

¿En cuántos carteles de películas aparece alguien ensangrentado?

Estos carteles los vemos todos los días junto a las carreteras, en las paradas de autobús y en estaciones de metro. Están a la vista de todo el mundo, incluidos los niños, por supuesto. Puedes ir paseando con tu hija o hijo de 5 años por la calle cuando a escasos metros hay un enorme cartel de una película comercial en la que aparece un hombre con cara de pocos amigos, incluso falto de sentimientos, un psicópata apuntando a alguien con un rifle de largo alcance. Presumimos que para matar a otra persona. ¿Qué explicación le daríamos a nuestro hijo ante ese cartel? Sin embargo no le tapamos los ojos cuando pasamos a su lado, ni siquiera reparamos en ello.

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¿Y si en lugar de ese cartel hubiera uno de una película en la que se ve un hombre con su pene al aire? Esos carteles nunca los veremos, porque según la sociedad no son apropiados, es más apropiado ver un rifle o una pistola que un pene.

Las películas están llenas de violencia y son escasas de sexo, aunque se insinúa mucho, pero no se muestra tal cual es. Nos ponen la excusa que para el público infantil hay que hacer películas en donde no haya nada de sexo, porque recordad que el sexo es algo malo. ¿Por qué un niño no puede ver sexo? No hablo de coitos en primer plano o felaciones, sino de ver a un hombre o una mujer desnudos. ¿Qué mal hace eso? Aunque, pensándolo mejor ¿Por qué no pueden ver un coito? Sin coitos no existiría la vida, es tan natural y tan vital como respirar, comer, dormir o caminar. Somos nosotros los que le juzgamos algo que, objetivamente, es inocuo y no conlleva ningún comportamiento que podamos temer. Seguramente tú misma o mismo te estés escandalizando ante la idea que un niño pueda ver un coito en una película. Fijaos en cómo la sociedad ha hondado en nuestras mentes haciéndonos creer que algo así es horrible e inapropiado. Durante la historia del ser humano ha sido más que habitual que las familias durmieran todas en la misma habitación. Los padres hacían el amor frente a sus hijos con toda la naturalidad del mundo, de igual forma que comían frente a ellos. Igual que un beso es una preciosa muestra de amor, hacer el amor es una muestra aún mayor, de ahí su nombre “hacer el amor”. Hoy en día a´nu existen tribus en las que se practica el sexo de forma abierta y sin tabues. Otra cosa es la privacidad y la intimidad, pero no estamos hablando de eso.

Lo que realmente hace mal es ocultarlo. Mantenerlo enterrado como algo que no es bueno para los niños. Luego, cuando llega la adolescencia y surge el deseo sexual, los niños se encuentran con que todo eso que sienten con tanta intensidad es aquello que le han estado ocultando desde pequeños. Algo que la sociedad les ha dicho que no era bueno para ellos. Entonces, ¿cómo van a entender de una forma sana lo que está ocurriendo?

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Volvamos de nuevo a la violencia y al público infantil. Todos recordaremos como Bambi empieza con un cazador matando a su madre. El resto de la película consiste en este bebé tratando de entender la vida sin su referente, matado violentamente. Incluso en el cine de animación infantil se ha incluído la violencia como algo cómico, no sólo no es malo sino que se entrega a los niños en forma de humor. Un muñeco dándole un tortazo a otro es algo de lo que hay que reirse. El Coyote siendo víctima de su propia explosión. Personajes que sufren accidentes de coche, de avión, de bicicleta, son causa de risas. La serie The Simpsons hace una excelente crítica a la violencia como forma de humor con los cortos de “Rasca y pica” (Itchy and Scratchy).

Podemos ver cómo un ratón le corta la cabeza a un gato para luego jugar con ella al fútbol, pero lo más sexual que podemos mostrarle a los niños son besos llenos de vergüenza y caras coloradas.

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Luego se extrañan de que haya jóvenes matando a tiros a sus compañeros de instituto una y otra vez.

Fijaos en esto que es muy curioso: Acabo de mostrar una imagen de un animalito quemando vivo a otro. El que inflige la violencia se ríe como si su acto fuera muy gracioso, deshaciendo por completo el terrorífico acto que está llevando a cabo. Es más, puedo publicar esta imagen sin etiquetar este post con #NSFW y sin tapar ni censurar ninguna parte de la imagen. Sin embargo, si publicase una fotografía de unos pechos femeninos, tendría que taparle los pezones, incluso aunque fuera un dibujo.

Volviendo a las películas y las series no me refiero sólo a los niños, fijaos en el cine para adultos. Seguramente en el 90% del cine comercial actual, el catalogado para todos los públicos, como Star Wars, X-men y Superman, aparezca al menos una muerte o una pelea con violencia, sangre y sufrimiento por parte de los personajes. Sin embargo en cuanto aparece un simple pecho femenino, hay que poner el cartel de mayores de 16 ó 18 años.

La sociedad está confundiéndose a sí misma, y si os digo la verdad no puedo entender por qué. Valga este humilde artículo para poner claridad sobre un asunto que personalmente creo que es de vital importancia.

Y me gustaría aclarar, para aquellas persona que puedan malinterpretar mi palabras, que no estoy pidiendo que se le muestren a los niños películas porno, no hay que sacar la cosas de quicio. Sólo intento hacer ver lo hipócritas que somos con el sexo y la violencia. Solo trato de entender por qué hacemos creer a la gente que lo que nos gusta y nos hace disfrutar es algo de lo que avergonzarse, frente a la evidente violencia que está en todas partes.

Os deseo el mejor sexo del mundo y que la violencia nunca llegue a vuestras vidas.

Un saludo!

Edito el post tras ser publicado: Steemit me ha etiquetado automáticamente el post como #NSFW al poner la primera foto. Increíble. Excepcional ejemplo de este artículo.