Concurso Cervantes: 8ª Entrega
El arte sin ideas no es arte
Las visitas a los museos son una fuente de conocimiento tan objetiva como lo aprendido en un libro de química. El placer estético de contemplar una obra de arte es ya una cuestión muy personal y subjetiva.
Cuando una obra ha recompensado al jardín de las ideas de millones de personas es cuando perdura en el tiempo. Se hace tan "eterna" como un manantial de agua cristalina.
En el cuadro de Goya "Saturno devorando a su hijo" hay historia del arte, técnica pictórica, mitología, psicología y sociología entre otras muchas disciplinas. El juicio sobre el cuadro es imposible sin una aproximación a las ideas fundamentales que se ordenan estos contenidos.
Para quien los desconozca el cuadro es una mueca gráfica sin más interés que presenciar una estampa brutal y obra de un artista que ha pasado a la historia. Podrá estar un día entero delante de la obra y en su mente solo se llenará de asociaciones con el rostro desencajado de algún familiar o conocido.
El arte como testimonio del drama de la guerra
Las pinturas negras de Goya forman una colección especial en la vida de este artista. Son el rescoldo amargo de una persona con una sensibilidad ciudadana para captar el drama de un enfrentamiento armado del que fue testigo.
El hombre huérfano de razón pierde la única herramienta universal y fiable para ordenar la sociedad. El caos cuando se adueña del corazón del hombre rompe cualquier límite. Es el horror, es la muerte...es la guerra.
Goya estuvo allí y sus cuadros hablan...
La obra del artista enfermo
Los artistas realizan en sus obras una original mezcla del tiempo que les ha tocado vivir y de su mundo interior. Cuando las vivencias personales sufren los rigores de la vida el ánimo pesimista queda impreso en cada pincelada.
El Goya de las pinturas negras es la de un hombre enfermo, cansado, que ve su horizonte vital reducido a muy pocos años de vida y que presenciado al mal anidar en su país. Es un requiem por un pueblo y quizás por él mismo...
El tiempo, ese saturno que a toda criatura devora
La vida del hombre es tiempo
en sus instantes edifica afectos y esperanzas.
El principio hospeda a todas las luces
que atraen mil sueños e ilusiones vanas.
El final no se aprecia pero deja catarlo
en el final de gente querida y cercana.
La generosidad del dios del tiempo se cerrará
un día para tragar sus tardes soleadas.
Será volver a la matriz de la tierra como despojo
ya solo nombre y memoria en personas amadas