Equilibra.
Con el tiempo aprenderás que todo en exceso hace daño. No pretendas acumular mucho de eso que hoy te hace feliz porque correrás el riesgo de agotarte de lo mismo y el día de mañana querrás más y más hasta convertirte en un inconforme vacío que no encuentra aquello que le hace feliz. Date el tiempo de probar nuevas cosas; no te encierres en una jaula que tú mismo te has hecho; vive íntegramente... Disfruta las cosas como deben ser disfrutadas: con amor. Con ese amor equilibrado y dulce, no egoísta, que simplemente es feliz rodeado de las cosas que quiere; no esperando recibir más, ni apropiándose de lo que cree merecer.