El olvidado asombro de estar vivo.
No, no pasa nada, no le tengas miedo a renunciar a los trabajos en los que no eres feliz, no hay que estar en una relación de pareja que no te hace feliz, no hay que sostener un estatus si de pronto no se puede sostener, no hay que tenerle miedo la pobreza a las carencias; muchos de nuestros padres o abuelos pasaron guerras y resultaron personas dignas pese a la carencia, el capitalismo nos hace creer que eso es vergonzoso y no lo es, lo que sí es vergonzoso es tener mucho dinero y ser un estúpido.
Lo fundamental no es el dinero ni el estatus, lo fundamental es cuál es el sentido profundo de tu existencia y a eso debes entregarte, puede ser el deporte el servicio a la comunidad, etc.
EJ.:
Algún día estaremos en un consultorio y saldremos con noticias de que tienes cáncer te quedan tres meses de vida, ¿después de que te sostienes?, ¿del dinero?, ¿de las propiedades, de la fama? De que te sirve el ego, absolutamente de nada.
Yo creo que la vida se gasta de tanto usarla, hay momentos de la existencia que uno termina agotado, que ya no puede más, uno se repite de la misma manera, dando vueltas en un vértigo o laberinto interminable hasta que uno se detiene y ya no puede más. Siente que el que ha sido ya no lo es más. Hay quienes se aferran a ese cadáver, a defenderlo y cargarlo de por vida.
Yo te recomiendo:
Déjate morir, muérase, deja ese personaje atrás, pero reinvéntate, reconstrúyete, esta vez con nuevas facetas, con más valor, sin miedo esta vez.
A lo largo de la vida tendremos que morir varias veces, de lo contrario empieza a repetirse una y otra vez, fatigando y dejándote una falta de riqueza, reconoce aquellos momentos y vuelve a empezar.