Volando Hacia el Crepúsculo
Cuando vemos a un ave marina tomar el rumbo del horizonte, hacia un crepúsculo que anuncia su final, es la oportunidad de poder vivir la envidiable sensación de que estamos vivos.
Presenciar el presente nos anima a esperar un mañana. Los cielos pintados cantan el futuro que nos aguarda entre ángeles que aún no podemos ver, pero allí están, eso es seguro.
La tristeza no tiene lugar si aprendes a sentir la fracción de segundo que expira con cada latido de tu corazón.
Steemian, es mi deseo que disfrutes la felicidad. Por supuesto que conozco las intenciones de las innumerables circunstancias que intentan aplastar tu sonrisa. Y entonces, ¿Acaso Dios no está allí, tendiéndote su mano para que se apodere de ti el valor que llevas dentro?
Cuidado con las quejas que enceguecen los ojos del alma, ocultándote lo evidente.
Por eso, entregarse al desánimo, a la frustración es caer en el deleite del fracaso. Nacimos con un alma gozosa por el éxito, pero que marchita su pulcritud por deambular entre senderos que decantan en los charcos de la mediocridad.
¿Qué haces allí? Puedes decidir levantar tu quijada. Tú puedes decidir abrir tus ojos y desafiar al miedo, delatando su debilidad al compararlo con tu fortaleza; una pasión que está engendrada por un propósito develado gracias a tu valor.
Ya sé. Te dejaste llevar por aquellos que disfrutan retozar entre las inmundicias de la mezquindad. Abandónalos ahora, no les debes nada. Su destino es contrario al ave que surca las brisas marinas. Bien sabes que te sientes merecedor de mejores momentos. Pero nadie te lo debe, la condición es ir por tus sueños, y eso sólo tú podrás dibujarlos.
Quiero compartir contigo algunos principios que te ayudarán a sentirte con la libertad de vibrar con el presente, a elegir a voluntad tus pensamientos, comparables con aquellas olas que descansan sobre playas solitarias, influyen irreversiblemente sobre tus emociones; aunque no te des cuenta.
Las luces y los sonidos apagados por el dolor que llegan a ti, pueden surgir desde las copas de grandes árboles, o desde las grietas de rocas vencidas por la eternidad; pero tú sabes que es tiempo de abrazar a la felicidad. Alegrías que pronto se esparcirán sobre tus seres queridos como lloviznas caídas desde los cielos del más allá.
