¿Será Posible Cambiar el Carácter?

“Tiene mal carácter”, “le falta carácter”. Esas son algunas maneras de describir el cómo es la personalidad de una persona. Se hace referencia al carácter insinuando su mal genio, su facilidad para enfadarse y ser una persona volátil con sus emociones.

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Tener carácter no significa que la persona sea férrea con los demás o un cascarrabias. Tener carácter va mucho más allá. Más bien, podríamos definirlo como autodominio, control de las emociones, e incluso podemos dar un paso más, se trata sobre tener el control de la vida.

¿Cómo llegamos al control de la vida, si carácter se usa para referirnos si una persona tiene o no un mal temperamento?

Seguro conoces personas que son sensibles a la apatía, a caer en depresiones, se frustran con facilidad y no saben por qué. Esos son individuos que necesitan desarrollar su carácter.

Entonces, carácter es poseer control emocional. Es un poder que se consigue cuando se escoge a voluntad, el estado anímico a sentir, y no está sometido a las circunstancias.

La serenidad, la seguridad en sí mismo, el control en lo que se va a decir y hacer, son desarrollables. El carácter sí se puede fortalecer.

Es una habilidad, no un talento. No se nace con carácter,* se forja con entrenamiento, con la práctica*.

Es un entrenamiento que comienza en el momento que somos conscientes de que podemos elegir entre diferentes opciones la acción con que se va a reaccionar a algo que nos pasa.

Llega una circunstancia,* ¿cómo se va a reaccionar?* Es cuando el carácter entra en el juego. Una persona con un carácter débil, reaccionará, sometido al estímulo. No se tomará el tiempo de pensar, de usar su razón para decidir la manera que más le conviene sobre lo que va a hacer o decir.

Si nos limitamos a reaccionar, ¿en dónde queda nuestra capacidad para razonar? Esa cualidad es lo que nos diferencia de los animales, es lo que nos hace superiores ante las circunstancias.

Si llega un problema, caer en la depresión, o decidir enfrentarlo con estoicismo para resolverlo, es una decisión.Así lo vemos con un grupo de personas que les llega el mismo problema. Unos reaccionan según se sienten, ni lo piensan, no saben por qué están haciendo lo que hacen, y otros razonan, decidiendo la mejor respuesta. Es fácil darnos cuenta quienes son los que tienen el carácter fortalecido.

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Está claro que por eso hay personas que necesitan que les digan paso a paso lo que tienen que hacer con sus vidas, para no extraviarse aun en los rumbos más obvios.

Las personas que nos rodean pueden influenciar en la fuerza de nuestro carácter. Así que vigila quienes están dentro de tu círculo social.

Si te encuentras con alguien que no sabe el por qué tiene un estado anímico indeseable, es una persona con un carácter débil.

Está claro, steemian. El carácter forja a los líderes. Nadie confiará en la guía de quien desconoce si sus decisiones las toma él o las situaciones.

Ya te habrás dado cuenta que la inteligencia emocional está ligada al carácter. Recordando a Buda, “el que se enoja pierde”.

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Esta es una frase que va más allá de un señalamiento para los neuróticos, es un llamamiento para que estemos en constante atención sobre los estados de ánimo que estamos expuestos a cada minuto del día. Buda nos quiso decir que si estamos bien atentos, podemos escoger si nos descontrolamos o por el contrario, pensamos y decidimos la mejor respuesta.

Podemos cambiar de emoción en un instante. Seguro conoces gente así. Son impredecibles, en fin individuos fallos en el carácter.

El carácter se puede fortalecer, en el mismo momento que se decida a hacerlo. Es como un músculo. Si no puedes levantar 10 Kg, entonces es hora de ponerte fuerte. Eso lo logras sometiéndote a esfuerzos cada vez mayores, siguiendo una metodología progresiva para que llegue el día que sobrepasarás el levantamientos no de 10 Kg, sino de 100Kg.

Así es el carácter. Hoy una persona puede ser voluble como una hoja en el viento. Pero no es una hoja seca, es un hombre, es una mujer con poder de razonamiento, con materia gris, sana y abundante. Bien puede estar atento a sus sentimientos, a sus orígenes que lo provocaron. Si es persistente, logrará obtener un control al ser responsable a la hora de escoger el cómo va a actuar según el estímulo al cual está sometido.

Podemos ser mejores, steemian. Vale la pena el esfuerzo. La vida cómoda, aburrida no es para nosotros. Lo sé porque las personas que leen este tipo de lectura, son gente dispuesta al crecimiento, a los cambios a no entregarse a las banalidades de las falsas recompensas inmediatas.

El éxito está en nuestro camino, y tenemos que ir hasta allá. ¿El precio a pagar? Eso no nos importa.

Saludos, steemian. Ha sido un gusto escribirte este post.