A todos nos gustaría conseguir lo que más deseamos. Si se cumplieran los sueños, sería cierto eso de que “querer es poder”.

En la realidad, menos del 5% de la población consigue tener lo que desea.

Te diré, amigo@ se Steemit, que la fórmula del éxito es sencilla: Repetir lo que funciona hasta que te sangren las manos, los ojos, las piernas; y después de vendarte, lo repites.

¿Lo ves? Es fácil, porque tú lo puedes hacer.

Los seres extraordinarios trabajan en lo que hay que hacer hasta quedar extenuados.

Son obsesivos.

Cuentan con esa bendición. Repito, es una bendición poseer obsesión.

La ambición por ser extraordinario, no se le da a cualquiera.

Las personas que dejan engavetados sus sueños, las conocemos como “personas promedio”.

Estudian lo suficiente, “sueñan” (no son sueños reales si son baratos, de nada especiales), quizás se gradúan y no dan un extra de su esfuerzo; para a la final, esperar sus últimos días frente a la Tv mientras les llega una pensión o la ayuda de los familiares.

Es triste que esas personas promedio no aprovechen el potencial que tienen.

Se enmohecen por negarse a la obsesión.

Se conforman.

La muerte del emprendedor extraordinario no sucede un día antes de su velorio. Mueren cuando se CONFORMAN.

Es horrible conformarse. En ese instante, la vejez toca la puerta.

La juventud y el ánimo por luchar, odian permanecer junto al que abraza a la mediocridad.

Quien es extraordinario no se detiene, está hambriento; es insaciable.

Epa! Estoy escuchando protestar a los que están en contra de la obsesión por tener más, por saber más, por ser cada vez mejores.

Si eres obsesivo, y como resultado se benefician los demás, ¿qué te parece? ¿Será malo?

¿Será egoísta y codicioso el científico que está obsesionado por encontrar la cura del cáncer?

Es un doctor que no descansa, que apenas se entretiene. Está enfocado, como un láser, a lograr su objetivo.

Mira a los astros del deporte. Michael Jordan, el más emblemático jugador de básquetbol en la historia, llegaba 4 horas antes que sus compañeros de equipo al gym, para ensayar tiros libres. Y no se conformaba con eso. Después de ganar un campeonato de la NBA, al día siguiente, madrugaba para practicar una vez más. Todo un inconformista.

Igual con los millonarios.

Ya van a salir los quejosos “mentes de pobre” a criticar a los millonarios, de tildarlos como gente avariciosa.

¿Avaros por querer más dinero? “Pero es que ya tienen mucho, ¿para qué quieren más? Eso es avaricia, es codicia”. Eso es lo dicen los mediocres.

Entonces, sería “malo” que un científico, como Albert Einstein, ambicionara ser más inteligente después de haber ganado el premio Novel.

Un millonario que ha hecho su fortuna mejorando como resultado la vida en este planeta, merece cada centavo que ha ganado.

Ser extraordinario es un concepto que a los latinos se nos ha enseñado a rechazar.

Se confunde la humildad con pobreza. Se aplaude cuando alguien rechaza el desarrollarse más allá de lo común.

Buscar el ser extraordinario no es para cualquiera. Quienes cuenten con esa pasión, cambiarán para mejor el estilo de vida de sus familias, sus vecinos, su país, al mundo.

Un ser extraordinario jamás se rinde, y nunca pierde la motivación.

Si conoces a alguien que necesita ser motivado, es un “promedio”.

Mejor que se ponga los pantalones de “extraordinario” si quiere tener una vida próspera, abundante en riquezas y beneficios.

Este siglo XXI tiene para nosotros tesoros que ni los más grandes reyes de la antigüedad soñaron poseer.

Adivina: Para disfrutar este siglo, se necesitan dólares, y muchos.

Quien es extraordinario solo se rodea con las personas exitosas, tienen alergia por los mediocres. No los soportan.

La presión que hay que pagar por el intenso trabajo que nos exige los grandes sueños, no intimida a los extraordinarios.

Si has visto a un amigo quejarse por tener mucho trabajo, es un “promedio”.

A los extraordinarios, no les importa para nada si les gusta o no lo que hay que hacer para conseguir los resultados.

No tienen que amar a su trabajo, están locos de amor por los resultados que van a obtener.

Ya he hablado bastante sobre los extraordinarios. Espero que te anotes y empieces desde este momento a soñar en grande, a no buscar un “trabajo que ames” y sí unos RESULTADOS que te exciten, que te pongan frenético con sólo pensar en ellos.

La pasión es por los resultados, no por lo que hay que hacer para conseguirlos.

Amigo@ de Steemit, nos vemos en el próximo Post.

Me contenta que hayas llegado hasta aquí.

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Nos vemos en el próximo Post .

Thomas Flores

Fuente: “Cómo ser invencible”. Tim S. Grover

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