Durante las relaciones que mantenemos con las personas, vamos a tener la necesidad de tratar con mentes cerradas.

Puede llegar a ser frustrante el discutir con alguien que no da su brazo a torcer. La lógica de un erudito griego atornilla más la puerta que niega a abrir, el desespero y la impaciencia se apodera de ambos, pudiendo llegarse a una acalorada discusión por la terquedad que no cede un palmo.

He allí la importancia de dominar las relaciones humanas. Sin el apoyo de los demás, se le podrá decir adiós a los grandes planes.

Hay gente que de verdad es difícil, y obtener su cooperación a veces es vital.

Encontramos mentes cerradas a donde vayamos.

En la familia, los hijos, pareja; en el círculo de amistades, sean cercanos o recién conocidos; en el trabajo, clientes y proveedores; el jefe y subordinados. En fin, están por todos lados.

Ya que no podemos evitar el toparnos con los obstáculos de una mente cerrada, aquí te voy a decir 4 maniobras tácticas que elevarán las probabilidades de tener éxito cuando te encuentres con la terquedad.

Lo primero, antes iniciar la conversación, es esperar a encontrar el momento oportuno.

Es como abrir una lata de refresco. Si está caliente o agitada, mejor no la abras. Con las personas es lo mismo; si está molesta, bajo presión o cansada; no será fácil intentar en ese momento abrir su mente, la presión le hará estallar.

Discutir es el ambiente menos favorable. Sé que provoca, en especial si existe una cercanía emocional; pero la paciencia es una virtud que debes conservar.

Buscar temas que le redirijan la atención y le generen sentimientos agradables, es lo propicio antes de intentar abrirle la mente.

Escucharlo primero, demostrarle que de verdad quieres comprenderlo, es lo que te dará la ventaja.

Nadie quiere tratar con alguien que lleva la contraria y se muestra inflexible. Así que escucha sin evaluar, sin prejuicios. Y sobre todo, demuéstrale que le estás escuchando activamente.

¿Y qué tal emplear la lógica? Los argumentos que demuestran que tienes la razón, y que el otro está equivocado, es la manera de enojarle. La lógica no sirve de nada, es molesta, ataca el ego; mejor la dejas fuera.

Llegamos al siguiente paso, que es comprenderle con sinceridad, de porque piensa como lo hace; en pocas palabras, ponerse en sus zapatos. La empatía te va a ayudar a la hora de argumentar lo que deseas.

Y si se da el caso de enfadarte, jamás amenaces. Es lo que provoca, pero lo que dan ganas de hacer, no funciona.

Si estás exaltado y amenazas, vas a tener que cumplirlo, y encontrarte en una posición de vergüenza. Mejor te contienes. Ya sabes, nada de amenazas.

Discutir es el peor camino para abrir mentes cerradas. Por eso la paciencia, el ser flexible, entender que habrán situaciones que tendrás que ceder para ganar, son los ingredientes que te van a permitir aumentar las probabilidades de éxito.

Así que, para la próxima vez que tengas que abrir una mente cerrada, con paciencia y voluntad, aplica lo que leíste en este post.

Saludos!

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Nos vemos en el próximo Post .

Thomas Flores

Fuente: “Cómo abrir mentes cerradas”. William J. Reilly

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