CUIDADO con estos 5 Asesinos de Tus DESEOS 😧

Desde los tiempos antiguos, los deseos han despertado la imaginación. Las fábulas, historias y cuentos muestran con que avidez queremos vivir con los sueños que se harán realidad.

Los deseos tienen una fuerza mágica. Impulsan con energía el potencial que todos poseemos, nos orientan, permiten que sepamos a donde dirigir los esfuerzos. Sin los deseos, la vida perdería su encanto.

Desde niños, enfocamos el futuro basándose en los deseos. Tal vez por eso la infancia tiene la alegría como compañía, sin importar las circunstancias. Pero a medida que pasan los años, puede marchitarse el don de soñar con lo que valoramos.

Pasan muchas cosas a medida que se crece. No todas son buenas. Identificar las malas será decisivo para tener una existencia feliz.

¿Qué produce más felicidad que alcanzar los sueños? Por eso quienes logran concentrar su fe en darle realidad a sus deseos, expelen energía y vitalidad a toda prueba.

Los asesinos de los deseos están allí, esperando a los incautos que no se prepararon para hacerles frente, siendo arrojados en una zanja olvidada por el éxito.

EL primer asesino de los deseos, es la peligrosa autodepreciación. Desvalorizarse a sí mismos es común, incluso, he notado que hay grupos que se congregan para lamerse las heridas que deja esta asesina de los deseos mientras dicen los que les gustaría ser.

Les gustaría ser artistas, tener un negocio propio, abogados, conferencias, lo que sea; y nada de eso se hará realidad, porque consideran que no cuentan con lo que se necesita.

Creer que no tienen la inteligencia necesaria para alcanzar lo que desean, creer que van a fracasar si lo intentan, creer que no tienen la educación o la experiencia que se requiere, o que son demasiado jóvenes o viejos; en fin, podríamos alargar la lista, pero llegaremos a lo mismo, no harán lo que hace falta para hacer que sus sueños se hagan una realidad.

Un asesino a temer, es el que se disfraza con el traje de la seguridad. Conformarse con la seguridad evita el riego que conlleva el salir a conseguir las metas más ambiciosas.

Sentirse seguro donde se está, mata el deseo por los cambios que tiene un mejor estilo de vida.

Creer que hay demasiada competencia es fatal. Para decirlo en épocas palabras, sin competencia, no hay mercado que genere valor. El dinero está donde hay competencia. Si no hay competencia, es probable es que está así porque es un mercado que nadie quiere. Comentar que el campo ya está saturado, son excusas que matan al deseo.

Permitir que los padres sean quienes decidan qué carrera va a dedicarse un joven, es uno de los asesinos de deseos más comunes. Nadie debe permitir que otros decidan. Cada quien sabe, si lo busca, para qué es bueno, que le interesa, que le apasiona, y podrá monetizar.

A veces los padres sin intensión, presionan a los jóvenes a elegir profesiones que no son compatibles con la naturaleza del aprendiz, asegurándole un futuro aburrido, limitado, al haber destruido los deseos que le surgían espontáneamente.

Y por último, el no cambiar el rumbo por pensar que las responsabilidades familiares le anclan a un trabajo promedio. “Ahora tengo hijos que mantener, no sería prudente arriesgarme a perseguir mis sueños”. ¡Pamplinas!

Hagamos carteles de “se busca”, le pondremos un precio a sus cabezas, y encerremos para siempre a estos 5 asesinos de los deseos.

El tiempo pasa, y tus deseos están allí, y no esperarán por tu decisión si no la tomas ahora.

Me contenta que hayas llegado hasta aquí.

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Nos vemos en el próximo Post .

Thomas Flores

Fuente: "Pensar en grande". David J. Schuartz

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