EL DOLOR YA NO HABITA EN EL CAMPANARIO
Los ojos trazan un círculo próximo
Que se mueve dentro de la noche
Los candelabros consumen mi pecho
Un amor con pretextos en el tiempo
El sol consume la pradera de recuerdos
La soledad un lamento que se extingue
Bajo un pensamiento apasionado
El dolor ya no habita en el campanario
Pero le guiña un ojo y se calla
No obstante estos paisajes cálidos
Dejan recuerdos que se aplazan en la mañana.