Mi Oración: Introducción

Dios, nuestro padre, como herencia de sus atributos nos ha legado el don de la comunicación a todos sus hijos, en mayor amplitud y complejidad entre los seres humanos que como lo hacen el resto de los seres vivos entre miembros de su misma especie. Esta diferencia viene marcada por el elevado nivel de evolución espiritual que poseemos con respecto a nuestros hermanos menores, me refiero al resto de las especies vivas; aunque no podemos obviar que entre nosotros mismos existe también un escalafón de grados de espiritualidad que nos acerca o aleja, en mayor o menor medida, al más álgido nivel de comunicación al que pueda llegar ser humano alguno: comunicarnos con Dios.

Fuente

Siendo el Altísimo nuestro padre, no podía privarnos de la posibilidad de comunicarnos con Él; de igual forma, nuestro Señor no tiene hijos predilectos o menospreciados, a quienes aventajar o desfavorecer, inhibiéndoles la facultad de poder interactuar con Él a través del lenguaje más sublime del que tengamos conciencia; de manera que todos los seres humanos podemos “hablar” con Dios, aunque, como dije anteriormente, el grado de evolución espiritual es distinto entre nosotros, así como diversos grados de madurez tenemos según nuestra edad. En la medida que más avanzado somos espiritualmente más fácil se nos hace la comunicación con Dios, mas no significa que los menos evolucionados no puedan hacerlo, y el canal más factible para lograrlo es a través de la oración.
Quien tenga conciencia del poder ilimitado de Dios, puede imaginarse el gran poder que alcanza todo aquel que puede comunicarse con Él, y es aquí donde adquiere sentido “el poder de la oración”. No se trata de un idioma místico o de una fórmula establecida, que en común nos funciona a todos, para que nuestro padre nos conceda nuestras peticiones; de hecho, cada quien puede “componer” su oración particular según su propio sentir, ya que cada uno tiene una percepción de Dios diferente del resto de los humanos, aunque gran parte de nuestros deseos son comunes como la salud, las finanzas o el amor. Es por esta razón que existen oraciones que las religiones se han encargado de universalizar, enseñándolas de generación en generación, en muchos de los casos se repiten diariamente de forma mecánica, sin saber realmente a qué se refieren algunos de sus párrafos.
En mi afán de comunicarle al mundo todo el conocimiento útil que Dios me ha dado les entrego una de mis perlas más valiosas, de mi más profunda intimidad: mi oración personal, que a través de los años he venido perfeccionando, por medio de la cual puedo compartir un ”diálogo divino” con mi Padre y Señor en el más amplio sentido de la palabra, momento que considero el más especial y sublime en mi vida, en la que agrego contenidos recogidos de diversas filosofías de las que me he nutrido como aportes que Dios me ha dado y que forman parte de su sabiduría universal.

Mi Oración

1° Parte –El Inicio
Gracias mi Señor por darme un día más en mi vida.
Gracias Padre mío por darme este nuevo momento de intimidad contigo.
Ante todo perdona todas mis faltas (se pueden mencionar los errores cometidos el día anterior que más inciden en nuestra conciencia).
Líbrame del mal karma, en su justo equilibrio para con éste y el resto de los ciclos de vida terrenal que me faltan por vivir.
No permitas que las malas influencias del ego absorban mi energía vital, que no me desconcentren de mis labores ni de mis actividades del quehacer diario, ni me desvíen del camino que trazaste para ser recorrido por mí en este ciclo de vida ni de la misión que en él está implícita; a cambio de esto, ilumina ese camino con tu luz de sabiduría y llévame a través de él de tu mano, ya que Tú eres mi guía.
2° Parte – Las Peticiones Positivas
Danos salud, bienestar y amor a mí y a toda mi familia, en especial a (el ser terrenal más querido junto al argumento dedicado a él).
Ayúdame a cumplir con mis metas de corto, mediano y largo plazo: entre las de corto plazo (menciono aquellas de mayor importancia para realizar en el día, comenzando con las más inmediatas intentando llevar un orden cronológico); entre las de mediano plazo te pido la exitosa consumación de mis proyectos y (otras metas específicas de importancia); entre las metas de largo plazo te pido que me des una vejez libre de enfermedades y dolencias, que sea satisfactoria y en sublime paz, y prepararme para el viaje trascendental hacia la desencarnación.
3° Parte – Obertura con Agradecimientos
Todo esto te lo pido en bien y gracia, en armonía para con todos y de manera perfecta.
Gracias te doy Dios bendito por darme todo lo que me das, porque todo lo que me das es bueno.
Gracias te doy mi Señor por estar conmigo en todo momento, porque tú eres mi escudo protector ante cualquier adversidad, eres mi única fuente de buena suerte, eres mi alegría de vivir y estando contigo estoy con la mayoría.
Gracias te doy Dios mío por escucharme, porque tú siempre cumples mis plegarias.
En plena conciencia de tu existencia, porque sé que tú habitas en mí como yo formo parte de ti: te amo mi Señor ¡AMÉN!

En los siguientes artículos les entregaré un análisis descriptivo de cada uno de los párrafos que conforman mi oración personal, esperando que pueda servir como referencia e inspiración para todos los que quieran compartir con nuestro Padre y Señor el momento más especial del día.