Las ventanas de aquella longeva casa estaban tan oxidadas que al chocar la corriente de aire con ellas, el ruido que ocasionaba erizaban los bellos del cuerpo,” Emilio en tono burlón comento a laura, -Vaya tenia razón en su advertencia este chiflado, esta casa da pavor y se siente el aire húmedo, ¿no lo crees así Laura? ¡Eh! ¡Laura! ¿A donde coño has ido? ¡AYUDA!.. La puerta se cerró de golpe, Joder ¡estas bromeando!, ¿donde estas? Una voz le susurro al oído, “aléjate y no vuelvas” era la voz de una niña de unos 7 u 8 años aproximadamente. Emilio volteo y no visualizo nada. –¿Quien esta allí? Esto no es gracioso Laura, dirigiendo su mirada hacia el fondo del salón donde solo se veía oscuridad, -Laura ya no les pertenece, ahora lárgate y no vuelvas- se dejo oír nuevamente, -¡No! No me iré sin ella, replico Emilio- luego solo un silencio invadió el lugar y Emilio sentía mucho miedo y escalofríos, giro unos 360° y cuando se detuvo, desde aquel rincón vació se dejo ver la figura de una niña, pálida como la nieve, dos cuencas muy oscuras en lugar de ojos, cabello largo, vestía un viejo vestido y sobre el una playera de rayas. En sus brazos un pequeño esqueleto, el cual sujeta con mucho afán, así como Julián sujetaba su libro.